capitulo 51

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maraton 6/6

"Jueves te odio":





(Narra Jodie)
Cuando desperté sentí que mis muslos dolían mucho, ni siquiera me podía parar bien. Me puse los jeans más flojos que encontré, una playera negra y peiné mi cabello en una coleta, no me maquillé.

Salí de la habitación y encontré en la salita a Helena y a Harry viendo algo en la televisión.
- Buenos días –saludó mi hermana.
- Hola –dije y abrí el pequeño refrigerador, saqué la leche y bebí del envase. Luego me serví otro poco en un vaso.
- ¿Dónde has estado estos días? –preguntó.
- Por allí –dije buscando algo de galletas o cereal en la cocina. Mi estómago rogaba una manzana o un pan.
- ¿Dónde es por allí? –preguntó Harry- Estamos preocupados por ti. Tienes idea lo difícil que es cubrirte el paso con tu papá, se me están agotando las excusas –dijo apenado.
- No necesito que me cubras –dije un poco molesta.
- ¿Qué te está pasando? –preguntó mi hermana- Louis no deja de preguntar por ti. Todos estamos preocupados por ti.
- ¡Estoy bien! –dije comiendo una galleta.
- Creo… que vuelvo después – dijo Harry, o sea que Helena hablaría conmigo. Salió y cerró la puerta tras de sí.
- Dime la verdad –dijo molesta.
- No puedo decírtelo –dije con los ojos cristalinos.
- ¿Por qué no? –dijo molesta.
- ¡Porque no! –dije tratando de calmarme.
- ¿Estás engañando a Louis? –preguntó de golpe. Eso me sorprendió tanto que tosí.
- ¡Por supuesto que no! –le grité- Amo a Louis, más de lo que te imaginas, haría cualquier cosa, créeme Helena, cualquier cosa por protegerlo.
- ¿Entonces, por qué no lo miras ni a la cara?, ¿por qué actúas tan extraño con todos nosotros?
- Porque… no merezco su cariño –se me salió decirle. Cerré la boca de golpe, sabía que después de decir eso vendrían más preguntas.
- ¿Por qué lo dices? –preguntó preocupada.
- Porque de verdad no lo merezco, él ha sido muy bueno conmigo. Me quiere y me respeta. Yo no… soy tan santa y tan buena como a él le gustaría.
- ¿De qué estás hablando? –preguntó confundida y desesperada.
- No lo entenderías –dije comiendo más.
- ¿Hace cuanto que no tocabas la comida? –preguntó.
- Como tres, cuatro días –le dije.
- Estás pálida y flaca, tus labios están blancos y tienes ojeras –dijo- ¿te estás metiendo algo?
- ¡Helena deja de hacer conclusiones, tú solo estás fantaseando! –pedí furiosa- Nunca me he metido nada, no he bebido, no engaño a Louis y tampoco soy anoréxica si es lo que piensas.
- ¿Qué tienes entonces? –preguntó molesta.
- Nada –susurré. Ella se sentó en el sillón molesta y yo terminé mi vaso de leche y me salí del camarote.

Después de debatirme un rato con mi misma, decidí ir a visitar a Louis. Toqué un par de veces y luego de dentro salió Harry.
- ¿Puedo entrar? –pregunté, él se hizo a un lado.
Entré a la habitación y Louis estaba viendo una película, estaba recostado, cuando entré me dio una mirada fugaz y luego vio hacia la pantalla de nuevo, como si no hubiera visto nada. Me recargué en el marco de la puerta y mordí mis labios.
- ¿Cómo sigues? –pregunté. Él tragó saliva y sin mirarme contestó.
- Mejor.
- Que bien –dije mirando su cuarto. Él no decía nada solo seguía mirando su película, me recordó a Dean cuando me quedaría con él.
- ¿Dónde has estado? –preguntó. ¿Qué le respondería ahora?
- Resolviendo algunos asuntos –dije saliéndome por la tangente.
- ¿Qué tipo de asuntos? –preguntó.
- Unos importantes de los cuales no puedes saber –dije sin encontrar una excusa lo suficientemente buena para decirle.
- “no puedo saber” –repitió- ¿por qué no? –insistió.
- Porque… no sería bueno que lo supieras.
- ¿Me estás engañando con alguien? –preguntó.
- ¿Qué? –dije sorprendida.
- Te vi con Dean en el bar el otro día –su mirada azul me penetraba duro en el corazón, jamás había observado esa decepción por mí.
- No te engaño con nadie y menos con él –la verdad no sabía si lo que hacía Dean conmigo fungía como un engaño. Pero me sentía una basura como si realmente lo engañara.
- ¿Entonces porqué te ocultas de mí? No dejas que me acerque a ti, tampoco dejas que te toque y a penas y me miras a los ojos, Jodie, ¿qué tienes? –se sentó en la cama y yo estaba como pegada al marco de la puerta.
- Nada –desvié la mirada.
- No tengo mucho tiempo conociéndote, pero tengo noches y días junto a ti, sé cuando mientes. Ahora dime la verdad.
- Es que no puedo decírtelo –dije con un nudo en la garganta.
- ¿Por qué? –dijo más desesperado.
- No… no puedo –repetí.
- ¿No confías en mí? Que… -él también luchaba por contener su enojo.
- Louis… no quiero que te molestes y perdón si te he lastimado, de verdad que no es mi intención.
- ¿Entonces por qué lo haces? –dijo con ojos cristalinos- ¿Porqué me lastimas?
- No es mi intención hacerlo… lo que más quiero es protegerte –le dije.
- No haces un buen trabajo –dijo limpiándose una desgraciada lágrima que paseaba por su mejilla.
Luché por quedarme parada donde estaba, tenía muchas ganas de correr a abrazarlo. Tenía ganas de decirle lo que pasaba pero… ¿y si lo volvían a lastimar? ¿qué tal si esta vez lo mataban? ¿qué tal si no era él, era Harry, Zayn, Niall, Liam o incluso James o mi padre? ¿Qué tal si en vez de tomarme a mí… tomaban a Helena o a Izzy o Danielle, incluso Angie, quien ya era parte del club?

Miré mi anillo y lo toqué un par de veces, me dañaba mucho lo que iba a hacer. Pero yo no quería que esto empeorara y Louis terminara lastimado, no se merecía otra Kelly en su vida.

- No me regreses el anillo –pidió Lou, ahora estaba frente a mí- Si vas a terminar conmigo… no me regreses el anillo. Ese es solo tuyo –me dijo.
- Louis yo… no quiero terminar contigo… pero… entenderé que tú si quieres hacerlo.
- Tampoco quiero terminar, pero me estás obligando a hacerlo –dijo molesto- ¿Qué te ha pasado? Antes, eras una gran chica, hablabas y me contabas todos tus secretos. Ahora, huyes de mí, guardas secretos que no deberías guardar y te encierras en no sé que mundo que no me dejas entrar. Me estás alejando, no sé por qué. Pero… he sufrido tanto que… no quiero volver a sentir ese dolor.
- No mereces sentir ese dolor –dije honestamente, me quité el anillo y lo metí a su bolsillo- Tampoco merezco ser parte de tu vida, no soy lo suficientemente buena para ti.
- Jodie…
- No Louis –le dije- estarás bien sin mí. De hecho, estarás mejor sin mí. Mi padre tenía razón, cuando despertaras no te gustaría lo que verías a tu lado.


Me alejé de él y al salir al pasillo rompí en llanto. Me sentí tan mal por perder a la única persona que me había amado tal y como yo era. Mi corazón se había hecho pedacitos y mi mente no daba para más, me senté allí en su puerta y abracé mis rodillas. Luego escuché la tonada de una canción conocida pero a pura guitarra.

What the hell’s going on, have you gone undercover? You were here now you’re not. been replaced by another, cause it’s still your face but there’s something strange not the one i remember, can you please explain, Did they wipe your brain? Is this gonna be forever?

Cuz everything you say, everything you do if freaking me out, you know we used to be the same, who the hell are you? You’re freaking me out, and i swear i though i knew you, but all that was yesterday. Now you’ve turned it around. What’s that about?

Corrí de allí, si seguía escuchando esa canción terminaría ahogada en mis propias lágrimas. Subí por las escaleras y llegué a la cubierta. Era medio día así que el sol estaba en su mero punto.

Estaba llorando aún, pensando en qué hacer. Si realmente quería recuperar a Louis tenía qué decirle la verdad, pero si lo hacía lo podrían matar.

¡Qué dilema! Sentí cómo mi celular vibraba y lo saqué de mi bolsillo.

“¿Cómo estás Iris? Comienzo a preguntarme si la única mujer que vale la pena es mi madre y mi hermana” –dijo él.

“Estoy a punto de arrancarme el corazón. Créeme, ellas son las únicas que valen la pena, tu madre y tus hermanas” –envié.

“¿Aún no le dices a nadie lo que pasa? Ya díselos no sé por qué su afán de ustedes las mujeres a ocultar la verdad, yo odio que no me digan la verdad” –recibí.

“Yo no te he mentido nunca, te dije que abusan de mí y lo sabes bien. Nunca te he ocultado nada. Soy más sincera contigo que conmigo misma” –envié.

“Sé que no me mientes pero ya dile a tu familia lo que está pasando, ¿conoces al tipo que te hace esto?” –preguntó.

“Por desgracias sí, no solo es uno son dos o tal vez tres” –envié.

“Bola de canallas, qué les pasa por la mente. Que idiotas, te juro que me siento tan impotente de no poder golpearlos y defenderte. Ninguna mujer se merece lo que tú estás sufriendo” –recibí.
“Ninguna lo merece, de verdad lo sé. ¿Qué si lo que hago lo hago para proteger a los seres que quiero?” –envié.

“¿Te vendes para protección de tus seres queridos? Esa sí no me la sabía” –recibí.

“No me vendo, hago lo que me piden” –envié.

“No me parece correcto por ninguna forma en la que la mires, nada es correcto si se hace contra la voluntad de alguien, nada. Iris, abre los ojos, no quieras esconderte en las excusas, eso está mal por cualquier lado que lo quieras ver” –recibí. Cuanta razón tenía él.

Estaba discerniendo ese mensaje cuando noté que Louis caminaba por la cubierta, Kelly lo acompañaba y parecían caminar a paso lento. Él tenía la mirada fría y ella parecía disfrutar de estar a su lado. ¡Qué rápido se había encontrado con ella! Más bien, ¡qué rápido la zorra lo había engatusado!

Ella cuando me vio se puso frente a él y le plantó un besote. Rodeó su cuello con sus manos y lo acercó más a sí. Él no parecía responder el beso pero tampoco se separaba. Caminé a su lado con la cabeza gacha.
- Oh, Jodie, tiempo sin verte –dijo la sínica.
- Cierto –dije y no me detuve.
- Jodie… -susurró Louis.
- No te detengas por mí –le supliqué- al fin y al cabo, tu fuiste quien terminó conmigo. Mereces estar con alguien más.
- ¡Qué mejor que yo! –dijo la rubia.
- No exageres –reí- le dije con “alguien” no con “algo más”.
A la rubia se le borró la sonrisa y Louis se quería carcajear, pero se mordió los labios y desvió la mirada.
- Adiós “odioso asesino de cámaras” –hacía tanto tiempo que no lo llamaba así que hasta yo misma me sorprendí de mi tono.
- Adiós –contestó. La rubia me tomó del brazo y se acercó a mi oído.
- Lo pagarás esta noche –susurró lentamente.

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