Lágrima blanca, corazón de luna,
en cada noche, mezo aquella cuna.
Siendo el futuro en sí ya, una laguna
¿Quién podrá predecir ruina y fortuna?
Descubres que genética, no es un pan divino.
Se convierte en zoquete, hasta el trigo más fino.
Limar las asperezas, requiere pulso y tino.
Aún así, en esta vida, está oculto el destino.
Especulan los hombres, sobre lo que no saben.
Mejor sería que ellos, lo que empiezan lo acaben.
Porque ingrata es la vida, en su camino breve.
No llueve a gusto de todos, saldrá el sol, caerá la nieve.
