Capitulo 12

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"Llevo  aquí  exactamente tres días.  Y  sigo  haciéndome la misma pregunta…¿Cuándo es que me dejará libre? No lo sé…no lo sabría, si no estuviera escribiendo  esto,  por  si  alguien  me encuentra alguna vez…y tal vez quiera  saber  sobre  las  últimas  cosas  que hice en mis últimos días de vida, por si muero…por si él me quita la vida...que  se  yo,  ya  no  sé qué esperar. No de él. ¿Qué harías tú, si estuvieras aquí? … en mi lugar… secuestrada…"

Dejó  el  lápiz  y  el  papel  bajo  las  sábanas,  para luego regresar  a la pequeña sala. Tan solo quería expresarse un poco. No le veía sentido a las cosas. Jimin llevaba más de dos horas en la calle. Otra vez retiraría dinero ese día.  A  ese  paso, ya habría terminado de retirar todo su dinero. Que más le daba. Lo único que le importaba en ese entonces era irse.  Dejarlo.  No  volverlo  a  ver,  nunca  más si era posible.  Mudarse. Olvidarse  de todo lo que estaba viviendo… pero…entonces, una leve oleada de sentimiento se abrió en su estómago. ¿De verdad quería  olvidarse  de  todo  esto?  Sí.  Quería.  ¿Y  porque  lo  dudaba? ¿Qué motivo tenía para empezar a dudarlo? 'No  _____________',  se  dijo  a  sí  misma,  cerrando  los  ojos.  Se  conocía  perfectamente,  y  conocía  cada síntoma que sentía  cuando empezaba a…

Jimin abrió  la  puerta del departamento. La cerró de inmediato. Se detuvo por un momento antes de voltearse.  No  quería  hablar,  no  tenía  ganas,  y  _____________  supo  porque cuando lo vio voltearse, con la mandíbula hinchada y ligeramente morada. Golpeado. Su corazón se contrajo de inmediato al verlo así, sus ojos  lo  observaron  asustados,  le  dolía…  y  no sabía por qué… le dolía verlo así.

-Jimin…

-Déjame, estoy bien.

-Dios  mío ¿Qué te han hecho?
–corrió de inmediato hacia él. Antes, cogió lo más cercano a sus manos. Una servilleta  tendida  sobre  la  mesa.  Intentó  pasarla  sobre  el  mentón  de  él. Jimin cerró los  ojos,  negando con la cabeza.

-Que estoy bien… - susurró.

- No te hace falta hacerte el fuerte  conmigo. –le dijo ella. Con  una bonita sonrisa en los labios, que le tranquilizó  en  lo  más  profundo. Jimin también sonrió, sin  saber porque, solo lo hizo.  _______________  fue hasta  el  cilindro  de  la  cocina,  roció  la  servilleta  de  lana  y  volvió  haca  él. –está  muy  hinchado.

-He estado peor.

-¿Qué te han hecho?

-¿De veras te importa?

-No quieras pelear  conmigo ¿sí? Trato de estar bien…

-Lo digo enserio,  ¿te  importa?
–sintió  sus  manos rozarle  el  mentón. Un roce que había sentido en lo más profundo.  Se  mojó los labios,  muy cerca a los de ella, de nuevo… jodido sentimiento…que bien se sentía poder olerlos  a  poca distancia.

- Sí… -le contestó ella.  De  lo  más profundo. Más allá del rencor que se tenían. Le importaba. Sí y mucho.

-Pues lo sabes,  me han golpeado.

-¿Quiénes?

-Un hijo de puta… - _____________ lo miró mal. La servilleta se puso helada. Terminó de pasarla por su mentón. Al menos eso le ayudaría en algo. La dejó a un lado, concentrándose ahora en la mandíbula de Jimin.

-Pues ese hijo de puta te ha dejado mal.

-Ellos  han  quedado peor.

-¿Quién  fue?  –le dijo  verdaderamente preocupada. Colocó sus brazos sobre su fina cintura, viéndose realmente  graciosa.  El  enorme  polerón que Jimin le había comprado le quedaba hasta un poco más arriba de las  rodillas,  por  lo  que  no  usaba  pantalones.

-Un imbécil ¿sí?  Uno de los que se ha llevado a una de tus mejores amigas…

A _______  le  entró  un escalofrío.  Recordar  esa  escena… le erizaba la piel  por  completo.

-No creo que quieras escuchar esto. –Jimin caminó hasta la habitación. Separándose de ella.

-Dímelo.

-Eres  tan  terca… - refunfuñó él.

-No me afectaría.

-¿Quieres  escuchar  la  verdad?  –le preguntó.  Frío  de nuevo. _______________ le sacaba de quicio. Ella asintió –han  matado a tres de tus amigas –le dijo sin escrúpulos. Se abrió un silencio entre los  dos.  Los ojos  de _______  se humedecieron por completo, solo le faltaba cerrarlos  para completar su llanto.  El cuerpo  se le debilitó.  Sosteniéndose  tan  solo  por  la  mirada  de Jimin. La mataría… sí… solo faltaba ella… -¿y sabes?  –le  preguntó.  –solo faltas  tú  y  otra  más...  -las  lágrimas  de  __________  se  hicieron interminables.  Otra  vez  asustada,  sus  manos empezaron a sudar. Sus ojos se hicieron pequeños. – la diferencia  es  que  yo  no pienso hacerte nada.

Secuastrada - Jimin y ____(Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora