Era una tarde bastante tranquila en Edo, excepto en una residencia estudiantil de la zona cercana a la estación de trenes.
-¡No quiero vivir! –exclamaba llorando una pelimorada.
La chica de lentes rojos acaba de entrar a la sala común de las chicas, haciendo escándalo arrasando todo a su paso como un huracán de tristeza.
-¿Qué demonios pasa aquí? –pregunto consternada Kagura por el ruido.
Las otras dos habitantes mujeres de la casa salieron de sus habitaciones a averiguar que sucedía y se encontraron con la de gafas rojas hecha un mar de lágrimas.
-¡Por Dios! ¿Qué te ha pasado Ayame-chan? –pregunto dulcemente la pelinegra de nombre Soyo.
-E-es qu-e Gi-Gintoki –trataba de hablar la chica pero sus lágrimas y sollozos no la dejaban hablar correctamente.
- A ver déjame adivinar –dijoTae –Gin te ha rechazado otra vez...
Una nueva oleada de lágrimas acudieron a los ojos de Ayame y todas se pusieron a hablarle de cualquier otra cosa para que esta se calmara. Al poco rato cuando las lágrimas cesaron y la chica pudo hablar correctamente estallo en un aura que decía determinación por todos lados.
-¡Ya basta de llorar por Gintoki-san! –exclamo mirando a la nada y con actitud decidida- Voy a conseguir un hombre merecedor de todo esto –mientras se toqueteaba el cuerpo marcando su buena figura.
- ¡Asi se habla Ayame! –animo Tae.
-¡Tengo una idea! ¿Por qué no le hacemos un cambio de look a Ayame-chan? Y mañana cuando Gin la vea se sienta arrepentido de haberla tratado de forma tan descortés –opino Soyo.
-¡Me apunto! –exclamo muy emocionada la de gafas.
-¡Y yo! –dijo Tae levantando la mano con una sonrisa.
-¡Yo no! –dijo seriamente Kagura desde el sofá frente a la Tv.
-¿Por qué no Kagura-chan? –pregunto la pelinegra.
-No me interesan ese tipo de cosas –explico la Yato con simpleza.
-Pues deberían, después de todo eres mujer –resalto lo obvio Tae.
Todas miran la figura de Kagura descaradamente, los años no habían pasado en vano por la chica a sus casi 17 años la naturaleza le había dotado de un buen par de piernas, esbeltas y seductoras, una cintura de avispa y unos senos de tamaño regular aunque un poco más abultados que el promedio. En fin, la Yato era una joven atractiva, pero su falta de femineidad le había espantado varios pretendientes.
-Anda debes participar –rogo Ayame.
-No pueden hacer o decir nada que me haga unirme a esa tontería –dictamino la de ojos azules.
-¡Ah que lastima! –Suspiro Soyo- Pensábamos comprar mucha comida, golosinas y bebidas para pasar la noche –dijo al aire de forma intencionada, llamando la atención de la Yato –Pero como no quieres participar, te perderás de todo.
La de cabello negro hizo el gesto de salir de la habitación, pero antes de lograr siquiera voltearse tenia a Kagura prendida en su brazo, dispuesta a no soltarla hasta que le diera la comida y golosinas que prometió.
-¿Qué pasa Kagura? –pregunta con mala intención Tae.
-Y-yo me apunto –contesto la pelirroja muy sonrojada mirando al suelo.
-¡Yey! ¡Kagura participara, será una noche divertida! –exclamo Ayame haciendo escándalo.
El grupo de chicas salió de la residencia por la entrada independiente de esta y en la reja de salida se encontraron con un pelirrojo de ojos azules que las miro con curiosidad.
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Al closet *OkiKagu*
RomanceTener a los protagonistas de Gintama en una residencia mixta no siempre es buena idea, pero sí es un concepto, que da a entender que muchas cosas bizarras pasaran con tan peculiares personajes viviendo bajo el mismo techo. Entren y disfruten. Especi...