2._ Lo que Sougo se llevo

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Sougo Pov's

¡Maldito calor! Se supone que estamos en otoño y debería hacer frio y no calor, odio estar pegostoso por el sudor. No me queda de otra que salir de mi habitación, no me importa realmente salir de la habitación sin camiseta, después de todo:

a) Todos mis demás compañeros salieron de fiesta hoy y estoy solo.

b) Esta residencia es mixta pero tiene bien separada la zona de chicos y chicas.

c) ¡Por amor a Dios! Son las 2 de la madrugada, teóricamente nadie debería estar despierto a esta hora.

Pero como siempre al parecer el maldito Dios no está de mi lado, escucho un grito en el balcón de las chicas y alzo la mirada, solo para ver como la jodida china cae desde el pinche balcón. No puedo evitar moverme para intentar atraparla, al parecer fui lo suficientemente rápido porque tengo a la china en mis brazos con la mirada agachada y sin abrir los ojos.

Miro hacia arriba nuevamente y veo a Soyo, estoy a punto de decirle que abra la puerta para que la china vuelva a su zona, pero ambos volteamos en dirección a la entrada de la zona de los chicos, unas voces bastante fuertes se acercaban. En una milésima de segundo Soyo y yo nos volvimos a mirar y al parecer tuvimos la misma idea: ocultarnos.

Entre rápidamente a mi habitación, porque estaría en un serio problema si Kamui me veía sin camisa y con su hermana en brazos.

Fin del Sougo Pov's.

En una de las habitaciones para chicos del primer piso, estaba un agitado Okita Sougo con una pelirroja en brazos bastante callada. El chico solo estaba tratando de normalizar su ritmo cardiaco que estaba acelerado por el momento de adrenalina, cuando una voz lo saco de sus cavilaciones.

-¡O-oye sádico! Bájame por favor –pidió con voz baja Kagura.

-Ah, si –dejando que los pies de la chica tocaran el suelo.

Cuando la Yato se enderezo completamente, el de ojos carmesíes no pudo apartar su mirada de la chica. La muchacha miro de forma extraña al castaño porque no entendió su mutismo repentino y aun peor no entendía su sonrojo. Luego de dos minutos de pensar recordó que se encontraba en prendas de vestir exageradamente ligeras y reveladoras.

-¡No me mires! –exclamo Kagura.

-¿Y quién querría verte china marimacho? –insulto Okita.

-¡Yo seré marimacho pero tú eres un afeminado que duerme con antifaz! –regreso el insulto.

-¿Afeminado yo? –Preguntó ofendido –Bien, yo seré afeminado, pero no intento parecer sexy vistiéndome con ropa de puta barata –dio la última estocada.

-Bien, por favor déjame salir. Regreso a mi habitación –dice Kagura con la voz baja.

Okita se dio cuenta que metió la pata hasta el fondo, ya que la china no le había devuelto el insulto, es más; ya no le miraba a la cara. Ella estaba con la mirada baja dejando que su flequillo tapara sus ojos.

-N-no...O-oye china –trataba de hablar pero el sonido de alguien entrando a la habitación le hizo poner alerta y esconderse con Kagura en su closet.

A la habitación del chico entro Hijikata y se acostó en la cama de Okita con un libro en la mano.

-¿Qué hace el aquí? –pregunto Kagura con voz baja.

-Compartimos habitación –respondió.

-¿Por qué? Las habitaciones son individuales –volvió a preguntar Kagura.

Al closet *OkiKagu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora