Prólogo

79 4 0
                                    

Estaba en mi casa viendo tv, sola como siempre , mi padre siempre llegaba tarde por ser policía, el constantemente arrestaba a personas que infringían la ley y enviarlos a la cárcel, lo cuál era muy peligroso tanto para él como para mi. Así que me tenía que proteger; cuando cumplí los 12 me regaló una gas pimienta por si me atacaban o algo así, si, un poco paranoico de su parte.

Me cansé de ver televisión, así que decidí ir a mi habitación y esperarlo allá. Al entrar a mi habitación lo primero que veo es a mi madre pues en la pared de mi cuarto tengo la foto grande de ella cuándo estaba embarazada de mi. Cuándo todavía vivía. Mi madre nunca había podido tener un hijos, intentaron e intentaron pero no lo lograron, según lo que me cuenta papá ya habían perdido la esperanza pero un día sin previo aviso se enteraron que había quedado embarazada, era un milagro, lo malo fue que durante el embarazo se debilitó, se enfermo varias veces y para cuando yo nací mi madre no tenía fuerzas para seguir viviendo, si señores murió en mi parto.

Sentí el timbre e inmediatamente abrí la puerta, pues sabía que era mi padre.

- ¡padre! ¿Por qué te demoraste tanto hoy? - le pregunté dándole un beso en la mejilla, cariñosa como siempre.

- Muchos problemas mi amor, imagínate que un chico de tu edad mato a su madre, así que lo llevaron a la correccional de menores - Mi padre siempre me contaba todo lo que le pasaba eramos mejores amigos.

-¡Dios mio! Que horror, como puede un hijo matar a su madre, la que le dio la vida. ¿Como la
mató?

-Según el no fue su intención matarla, solo la quería asustarla pero aún así es un grave delito, parece que estaban discutiendo y él cogió el arma de su padre pensando que no estaba cargada, y ahí fue cuándo sucedió.

-¿Un arma? Dios mio.

-Si, que tristeza, por eso amor, tienes que estar segura que yo siempre te voy a proteger, pase lo que pasa - yo simplemente asentí con la cabeza y el sonrió - Hija vete a dormir, mañana tu tía vendrá a cuidarte, te amo cariño - me dijo dándome un beso a mi mano.

-Yo también te amo papá.

Subí a mi habitación pensando en como un hijo podría hacerle eso a su propia carne, ese chico quería que su mamá estuviera muerta y yo por lo contrarió quería que estuviera viva.

Que ironía ¿No?

Una conexión casi incompatible (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora