Princess. » l.t. [O.S]

Princess.

Diana y Louis se conocieron en el verano de 2013, cuando Diana y su familia se acababan de mudar al pueblo en el que Louis siempre había vivido.
Un día, cuando Louis estaba caminando por el parque para encontrarse con su grupo de amigos, vio a una chica de pequeña estatura y cabello castaño agachada, buscando algo. Louis decidió acercarse y preguntar que buscaba.
-Hola.-dijo Louis sonriendo, tocándole el hombro a la chica provocando que ésta pegara un brinco del susto.
-Ho-hola.-respondió la pequeña chica en un murmuro incorporándose.
-¿Qué buscas?
-Yo... Estoy buscando una canica.-murmuró la chica mirando a sus zapatos viejos.
-¿Las coleccionas?-preguntó un curioso Louis.-¿De que color es?
-Sí.-la chica suspiró y se agachó de nuevo para seguir buscando la canica.-Es azul, es mi favorita. Tiene como motitas blancas y es más pequeña que las normales.
Louis se agachó y ayudo a esa desconocida. Se olvidó completamente de sus amigos y de por qué estaba en la calle, solo siguió buscando la diminuta canica perdida.
Louis descubrió que la pequeña chica se llamaba Diana, que se había mudado al pueblo recientemente y que tenía una pequeña hermana llamada América. Diana también le contó que coleccionaba cosas desde pequeña, era un extraño hábito. Coleccionaba muchas cosas: canicas, sellos, chapas de botellas de vidrio, entre otras.
Con el paso del tiempo Louis y Diana se hicieron grandes amigos, compartían todos sus secretos y sabían todo el uno del otro. Iban al mismo instituto, compartían amigos y hobbies.
Después de pasar tanto tiempo juntos, se fueron enamorando poco a poco, pero Diana no creía ser suficiente para él. En cambio Louis pensaba que ella era perfecta. Diana creía ser demasiado bajita para él, Louis creía que era adorable lo pequeña que era Diana a su lado. Diana tenía mil defectos, pero Louis amaba todos y cada uno de los defectos de ella. En cambio, ella los odiaba.
Días antes de la noche vieja de 2015, Louis decidió declararle su amor a la pequeña Diana. Así, Louis fue a la casa de su amada y llamó a la puerta. Segundos después la madre de Diana le abrió la puerta con una sonrisa amable.
-Hola, cariño. Supongo que buscas a mi hija.- dijo la madre de Diana invitándome a pasar.-Pasa, está en su habitación.-me sonrío cálidamente antes de darse la vuelta y sentarse en el sofá y leer una revista.
El ojiazul subió corriendo las escaleras que le llevaban a la habitación de su pequeña Diana.
Abrió la puerta sin llamar y se encontró a la castaña leyendo un libro con los auriculares puestos y la música a todo volumen. Le encantaba cuando se metía en su propio mundo y olvidaba todo a su alrededor.
Louis decidió darle un pequeño susto, así que se acercó sigilosamente y empezó a hacerle cosquillas a su pequeña amiga y ésta empezó a agitarse mientras soltaba fuertes carcajadas.
-Pa-para, ¡por favor!-suplicó Diana entre carcajadas.-¡No puedo respirar, Louis!
Entonces, Louis paró de inmediato preocupado.
-Lo siento, Di. ¿Estás bien?-preguntó sentándose en la cama mirándola con angustia.
Diana se le quedó mirando respirando agitadamente, tumbada en la cama hasta que no aguanto más y estalló en carcajadas haciendo que Louis soltara un suspiro aliviado.
-Venga, Louis. Ríete un poco.-dijo Diana abrazando a su amigo por detrás.
-Di, me has asustado. Pensé que te había hecho daño.-murmuró el ojiazul mirando a sus manos.
-Oh, vamos.-dijo la castaña agitando al chico por los hombros.-Tú nunca me harías daño.
Louis no se inmutó y a la chica se le humedecieron los ojos pensando que lo había fastidiado todo, como siempre hacia. Se sentó al lado de su amigo que la miraba de reojo sin que ella se diera cuenta.
-Lo siento mucho Louis, siempre fastidio todo. Soy un desastre. No se como sigues siento mi am...
-Callate, tonta.-la interrumpió cariñosamente mientras la rodeaba con un brazo.-¿Enserio pensabas que me había enfadado?
-¡Eres un idiota! ¡Casi me haces llorar, sabes lo sensible que soy!-gritó la pequeña castaña empujando a su amigo.-Bueno, da igual. ¿Quieres ver una peli?
-En realidad... Venía a decirte una cosa.-murmuró Louis nervioso, rascándose el brazo derecho.
-Oye, tranquilo. Te vas a hacer daño, Lou.-dijo Diana apartándole la mano izquierda de su brazo derecho, donde había dejado una marca roja.-¿Qué pasa?¿Por qué estás tan nervioso?
-Recuerdo cuando nos conocimos. Tu estabas buscando una canica azul. Me acerqué a ti, porque tenia curiosidad. ¿Qué haría una pequeña chica agachada en medio de la calle?-contó Louis mirando a una confusa Diana.-Desde ese momento supe que iba a caer por ti.
-¿Q-que? Louis, ¿es esto una broma?
-No, Diana. Estoy enamorado de ti, desde hace mucho tiempo si te soy sincero.
-Pero, Louis. ¿como te puedo gustar? Mirame. Mis ojos no son bonitos, soy bajita y no soy especialmente guapa. Me paso las tardes leyendo y sin salir. ¿Como puedo gustarte si soy la persona con mas defectos del mundo?
-Princesa, no me gustas. Me encantas. Tienes los ojos marrones mas bonitos del mundo y eres de la estatura perfecta para encajar en mis brazos cuando te abrazo. Y, princesa, eres preciosa. Quizás tu no lo veas, pero tienes a medio pueblo detrás, intentando llamar tu atención. ¿Por qué piensas que leer es un defecto? Me encanta que leas, por qué eso te hace ser tú.-murmuró el ojiazul secándole las lágrimas que caían lentamente con el pulgar.
-Louis, yo no soy suficiente para ti, te mereces más.-sollozó la pequeña castaña en brazos de su amigo.
-Tienes razón. Por eso, quiero que seas mi novia. Y me igual lo que pienses sobre ti misma, eres perfecta princesa.
-Yo, bueno. También me gustas mucho, pero...-murmuró mirando hacia el suelo.
-Nada de peros. ¿Tú quieres estar conmigo?
-Si, pero...
-¡Nada de peros he dicho!-gritó Louis divertido abrazando a Diana más fuerte.-Se mi novia.
-Vale.-susurró Diana tímida con las mejillas rojas.-¿Estás seguro de que esto?¿No te arrepentirás?
-Si, estoy segurísimo.-dijo Louis sonríendo lentamente.-Y no, no me voy a arrepentir. Nunca.
Entonces, Louis se acercó lentamente y se fundieron en un tímido beso.

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Muchísimas gracias por leer.

M, x.