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6.¿Lo Siento?

No lo pensé ni dos veces y tome las sabanas en mis manos y la enrolle en mi desnudo cuerpo. Me levanté de aquella cama, donde habían varios recuerdos suicios y me acerqué a Kat. A lo que ella respondió dando dos pasos atrás.

-Oh dios, kat lo puedo explicar- dije en un hilo de voz. No tenía suficiente fuerzas como para reclamarle que hacía en el dormitorio de Logan.

-N-no, no lo hagas. Porque todas tus estúpidas excusas hacen que vuelva a caer. Sólo no, no me hagas esto- dijo sollozando. Y me dolió verla así, Kat siempre se comportó como una chica fuerte, y de momento es un bello cristal. -¿Sabes Lilly? ¡Eres una puta! ¡Si, una jodida puta que solo piensa en ella y su maldito placer!- me había dicho puta, y sabía que no mentía. -¿Pero sabes Lilly puta Johnson? ¡El puto karma espera por ti! Y justo al doblar de la esquina Johnson; justo al doblar...- dicho esto se fue con un gran sonoro portaso dejandome aturdida y con la mirada todavía en el piso.

No tenía suficiente valor como para levantar la cabeza. De mis ojos amenazaban con salir lagrimas.

Y a pasos lentos e indecisos llegue al baño. Lave mi cara, y me detuve frente al gran espejo frente al inodoro. En otro momento me hubiese reído, pero ahora, si de algo me reiría sería de lo puta que he sido.

Era un asco, por dentro y por fuera. Mis ojos estaban rojos, al igual que mis cejas, nariz y mejillas. Mis manos tenían un ligero temblor. Y me dolía la cabeza como mil diablos. Pero lo que sobrepasaba todo esto, era que me había vuelto en mi enemiga. En una de las personas que más odie, y critique en toda mi vida: una perra.

Salí del baño dispuesta a buscar la ropa del día anterior y darme una ducha. Pero al salir, me encontré con Kat parada frente la puerta con una maquiavélica sonrisa.

-Se me olvido decirte, que el putociento huyó antes de las 12:00a.m-.

-G-gracias por la información- dije titubiando.

-Adiós perra- dijo dándome la espalda a lo que yo inconscientemente asentí.

Ella había venido otra vez solo a decirme que Logan huyó de mi, y para llamarme perra.

Encontré la falda y la blusa con la ropa interior en la otra cama, no ocupada por nadie, todavía. Con ella en mano, entré al baño dispuesta a darme una fresca y larga ducha.

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Y las clases iban y venían, y yo no prestaba atención en ninguna. Lo que llevaba del día era un asco, y no parecía que iba a mejorar. Todo el pasillo hacía silencio cuándo yo pasaba por algún lugar y recibía más atención de lo normal.

Iba camino a la parte delantera del Creek para así pensar un poco en lo que ha pasado en esta semana y que haría para remediarlo. Cuando solo faltaban menos de cinco pasos para atravesar la puerta un chico rubio y alto pasa por mi lado susurrándome un: "Gracias por poner a las lesbianas de mal humor. Ahora tendremos exámenes por esta semana por castigo de las lesbianas." a lo que pude percibir su tono lleno de ironía y sarcasmo.

Pero, ¡genial!

Había perdido a las chicas, todo Creek me odia, y hasta yo misma me odio. Pero, ese no fue el único comentario de hoy. Hubieron muchos como "puta", "perra", "muerete", "pudrete", "ojalá y nunca te la entierren", "egoísta" y muchos "gracias" irónicos.

Y cansada de todo aquellos me dirigí a mi habitación, a pedirle unas disculpas a Kat. Ella me enseñó sus sentimientos, y yo solo la ignore y tuve sexo con Logan; sinceramente soy un perra.

Después de veinte y tres minutos estaba en mi habitación habitual.

-Dime, perra- dijo con voz ruda y seca.

-Lo siento Kat, no era mi intención solo me deje llevar. Per...- pero me interrumpió.

-Si, si lo siento. Pero no, no te perdono. Te pasaste de la raya de puterias. Y no lo voy aceptar, no otra vez. Hay que tener dignidad en esta vida, y yo no seré quien perderé la mía.-