III

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No sé si era la luz de la sala,
o la voz en directo de ese cantautor
que erizaba cada pelo de mi cuerpo.
Quizás era tu olor,
o la cerveza,
tu olor.

Quizás fueron las cuerdas de la guitarra
sonando a cenrímetros
de nuestros cuerpos,
tu cuerpo
junto al mío
bailando al ritmo de una lenta.

Probablemente era el foco
que te iluminó la cara,
mi vida, y me hizo sonreír.

Fuera lo que fuera,
quiero que se repita una y otra vez,
al menos,
en mi cabeza.

Desvelo de una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora