I'm Yours (Fem!Sterek)

Capítulo 3

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I'm Yours

3

Estar con otras personas, para algunos era lo mejor del mundo, para otros, era lo peor. Para Dakaria Hale, es exactamente lo que no quiere hacer durante toda su vida. No le gusta la gente, y si puede evitarla, la respuesta siempre será la misma. Por lo mismo, no puede saber con exactitud si ha reaccionado mal o no.

No, no puede, porque precisamente es eso lo que se le ha enseñado a hacer desde niña, reaccionar como se debe ante un desafío de su autoridad, todo ello para sobrevivir al crecer.

Ella es una Alfa, una alfa que aunque no quiera serlo lo es. Y no es precisamente por no querer poder, atención o simplemente emparejarse. No. Daka no tolera ser Alfa porque siente que pierde control de sí misma, porque siendo sincera completamente no soporta la idea de ser lo que la sociedad quiere que sea.

Y lo más importante, porque las hembras Alfas no existen.

Las mujeres alfa eran bichos raros – incluso más que las mujeres omega. Ser un beta era normal. Ser un macho alfa significaba que podías mandar sobre todos a tu alrededor. Ser una hembra omega significaba que debías sonreír y comer callada. Pero ser un macho omega o una hembra alfa era de lo más extraño.

Supuestamente no son verdaderas, no pueden serlo porque una mujer jamás será dominante en nada, pero aun así las hay, y puede que nunca antes haya conocido a una, pero Daka sabe que existen, que hay más como ella.

Exactamente debido a eso, se arroja sobre la chica sin importarle nada, siendo detenida de inmediato por su hermano antes de que su puño este en contacto con la asustada cara de la chica. Tensa su cuerpo, pero no trata de soltarse, solamente viendo a la chica con ojos inyectados en rabia impulsiva.

—¡Suéltame, Lawrence! —Dakaria gruñe sin importarle nada, sintiendo como su lobo se remueve dentro de ella con rudeza. Un insulto. Un insulto hacia ella.

—Contrólate de una buena vez, Daka—murmura su hermano, y hay un tinte que pinta su voz en el trasfondo que le hace detenerse. Y no, ella quiere seguir resistiéndose, pero su moral le dice que no, no debe hacerlo, no más.

Suspira con fuerza, soltándose de un movimiento de Lawrence y arreglándose la chaqueta con un ademan rudo y cabreado.

Observa con una ceja alzada a la chica al lado de la Beta nueva.

—No vuelvas a decir algo como eso—sisea en advertencia, y hay algo en los ojos de color miel que le dice que no le tiene miedo. Daka no va a repetir lo que dijo, y tampoco tiene planeado hablar, más que nada porque si lo hace no podrá contenerse.

Y eso está mal, porque nadie debe saber que ella no es una Beta, mucho menos una Omega.

Esa es su vida, recuerda, un campo de minas, en el cual si no te cuidas puedes terminar explotando y perdiendo todo lo que te queda. No es como si ella fuera una persona a la cual le interese hacer amigos o relacionarse, pero si le interesa mantener alejadas las miradas de ella, lejos lo más posible.

Si llegaran a enterarse de su jerarquía...

—¿O qué? —pregunta la chica, alzando su barbilla como Daka había visto a su padre hacer muchas veces, y es entonces cuando cae en cuenta de lo que realmente sucede con la chica.

La está desafiando.

Un desafío de una Alfa.

La chica actúa como un alfa mosqueado que encontraba a otro alfa amenazando su territorio ¿Qué pasa si resulta que está molesta por encontrarse a otro alfa adentrándose en su territorio? ¿Significa eso que ha conocido por fin a otra hembra alfa? Por supuesto, otro Alfa la habría odiado instantáneamente. Los Alfas son rivales por naturaleza. Pero... Dakaria no se siente de esa forma. Normalmente se hubiera estremecido en el mismo instante en el que sintiera a otro Alfa cerca, un retortijón en las entrañas, un pinchazo en la espalda, el aumento de la adrenalina, especialmente si este hubiera estado imponiéndole su presencia, actuando como si fuera el dueño del colegio y de la Beta a su lado.