I'm Yours (Fem!Sterek)

Capítulo 4

I'm Yours

4

Cuando llega a su casa, el auto de su madre aún no ha llegado, y con un suspiro baja del Jeep, cerrando la puerta e ingresando en su hogar.

Stiles no deja de pensar en la extraña Hale, subiendo las escaleras hacia su habitación y dejándose caer en la silla frente al escritorio, su cabeza a millones de kilómetros de aquí, en un mar de posibilidades todas con la misma relación: ¿Por qué volvieron los Hale?

Ella opina que, si alguna vez tiene la oportunidad de irse lejos, olvidar los malos momentos, desaparecer e iniciar de nuevo en otra ciudad, con nuevos compañeros y nuevos amigos sin que nadie en lo absoluto la conozca o pueda juzgarla por su pasado, probablemente la tomaría sin importarle las consecuencias en lo absoluto. Porque ella entiende que Beacon Hills no es precisamente el típico pueblo californiano que pintan en las películas, que hay más secretos detrás de los enormes arboles del bosque de los que un escritor de novelas jamás podrá imaginar, y que es uno de esos lugares donde el Área 51 vendría a investigar.

O eso, si fuera un pueblo más relevante.

Por lo mismo, que Daka y Lawrence hayan regresado al pueblo es básicamente ilógico a su criterio. Si algo te hace daño te alejas de él, y Stiles no puede imaginarse para nada que pensar en su familia no les lastime.

Aunque considerando que Daka tiene pinta de chica motociclista de esas que encontrarías en un bar a altas horas de la noche con la típica cara de "Me hablas y mueres", probablemente este equivocada.

No obstante, no es solo eso en lo que piensa.

La imagen de la horrenda cara de la oficial también está en su mente cuando enciende el ordenador, eso, agregándole el hecho de no estar del todo segura a que sea una simple alucinación, el nuevo descubrimiento de los Hale en el pueblo, el ataque animal que hubo hace poco, hace que Stiles de inmediato se pregunte si verdaderamente nada más está pasando en el pueblo.

La palabra Hembra Alfa aparece sin su permiso en el buscador, y aunque no se ha dado cuenta de cuando tecleo esa oración, no es como si le extrañara tener lagunas momentáneas. Da clicik en la tecla aceptar, y de inmediato muchas páginas y artículos se abren ante sus ojos.

Muchas de las entradas eran informes científicos, tesis extensas de más de cien hoja, y si fuera una chica normal, probablemente hubiera dejado la investigación de lado al ver que, al parecer, las hembras Alfa si existen. Agradece en su mente que no es una chica normal, y comienza a abrir cada enlace que, remotamente, puede ser legítimo.

La mayoría, como era de esperarse, solo son ensayos publicados en blogs de escritores anónimos, y aunque parecen demasiado reales, Stiles no se puede confiar solamente en esa información. Cuando abre un enlace en particular, se abre un video de una conferencia de prensa de hace unos cuantos años atrás.

Stiles tiene que saltar de la silla y lanzarse hacia la cama, buscando con rapidez sus audífonos. Regresa al escritorio, conectando el cable y descargando toda la conferencia sin pensarlo dos veces. Observa con aburrimiento como la descarga se completa poco a poco, y cuando está completa no duda en dar a reproducir.

En la pantalla aparecen dos hombres, uno de ellos con una bata científica, cabello largo atado en una coleta baja y ojos penetrantemente azules, y el otro viste un esmoquin negro, formal, mostrando una particular sonrisa que en otro cualquier momento hubiera comparado con los vendedores en los infomerciales.

—Y dígame, Sir Simon Doyle—Stiles no se había dado cuenta de la presentadora rubia de la esquina, y solo lo hace cuando esta habla, sonriendo encantadoramente para ambos hombres y el público—, ¿usted qué opina de las Hembras Alfa?