Epílogo

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—SeokJin hyung~ — Gritó el maknae acomodándose en la espalda de Jin, escondiéndose — Jimin Hyung me quiere atrapar, dígale algo.

De pronto Jimin entró a la cocina agitado y un poco sudado, SeokJin sólo seguía apoyado en la barra, cortando verduras.

—Jinnie~ has visto a Jungkook.

—Emm... Nop, debe estar con Rapmon, tu sabes.

—Ho cierto, gracias Hyung.

Jungkook salió de su escondite detrás de la barra con los ojos como platos.

—Aigo~ Jinnie. Me salvaste, te devo una.

—Porque te buscaba, ¿he?

—Es que hicimos una apuesta que si yo ganaba él tenia que escribir con el lapicero favorito de Suga Hyung. Y pues, gané.

—Nadie se mete con el lapicero de Suga. — Decía mientras revolvia las verduras con la carne.

—Por cierto Hyung, que bien huele eso. — Unos pasos se escucharon bajando la escalera apresuradamente. — Me voy.

El maknae desapareció tras la puerta de la cocina que daba a la calle, mientras que por el otro extremo aparecía un Suga furioso.

—Jinnie Hyung. — Dijo acercándose a este — Primero, ¿has visto mi lapicero favorito?, segundo, has visto a los maknaes, dios santo esos niños traman algo malo.

—Te diría que todo esta en el mismo lugar pero prometí no decirlo... — Jin alzó la vista. — .... Espera...

—Maldito Jimin .... — YoonGi hizo sus manos un puño, — Ese niño me las va a pagar esta noche le va a doler... Nadie toma el lapicero de Suga... ¡¡Nadie!!, Te veo mas tarde Jinnie...

—Adiós — Respondió este mientras Suga desaparecía, y el volvía a los suyo.

—Kimnie Seokinie Jinnie... Inie — Llegó gritando hoseok abriendo el horno y sacando algunas galletas.

—Hola Hobie. —Replicó este aún concentrado en la comida.

—Dios, sale tan buen olor de ahí, es que dios, tienes un talento...

—Gracias Donsaeng.

—Bueno te veo al rato Innie, tengo que ir a practicar.

—Adiós.

Terminando de colocar las tapas a las ollas, se puso a cortar las verduras para la ensalada.

—SeokJin, necesito tu ayuda — La gruesa voz de el líder llego a un lado de el.

—Por supuesto, dime.

—Quiero que me des tu opinión sobre estas letras.

Levanto la mirada secándose las manos con un trapo en su hombro luego tomó el papel que Namjon sostenía. Las letras eran realmente buenas.

—Están perfectas.

—Gracias Hyung.

SeokJin le sonrió volviendo a lo suyo.

—Hyung —La voz de Jimin apareció repentinamente a su lado. — Has visto a Yoongi Hyung.

—No, pero te dejó el recado de que hoy te hiba a doler.

—¡¡No me digas que sabe lo de el lapicero!!

—Casa chica infierno grande Dongsaeng.

—Es mejor que valla por una botella de lubricante a la tienda... De todas maneras gracias Hyunie~

—Ajam...

Solo faltaba una persona y esa era...

—Jin, hay moros en la costa. — La cabeza de Tae asomo por la puerta principal, entró sin previo aviso cerrando todas las puertas y ventanas que pudiese haber en la amplia habitación.

Se acercó y agarró a Jin por la cintura, haciendo que este soltara el cuchillo de golpe. Lo giro quedando cara a cara.

—¿Hoy has despertado necesitado o que?

—Me has tenido 3 meses en abstinencia, que esperas.

Era cierto. Habían pasado tres meses desde que se habían entregado cuando apenas se declararon. Tres meses donde Taehyung le había enseñado a Jin la belleza de la vida, la belleza de aprovechar lo que lo rodeaba y a querer de una forma incondicional a todos sus compañeros. Tres meses de puro cariño, donde Jin aprendió el significado de la vida.

—Y que quieres amor, que te de duro aquí en la cocina, que te llene de caricias y besos.

—Omitamos la parte de "Aqui en la cocina" Y todo irá bien.

—Vamos... Si quieres en la noche... Pero ahora no...

—Entonces, ¿que? Ni un besito hasta entonces... — Taehyung le hizo un puchero.

SeokJin se inclinó tomando aquel puchero entre sus dientes, mordiéndolo y succionándolo. Luego uso sus labios para masajear a los de Tae, en un beso húmedo y caliente, en el que las manos de ambos se colaban bajo sus camisas.

De pronto, la lengua de Tae estaba ahí, jugando con la de Jin. Se notaba la necesidad de ambos por la forma desesperada en la que se tocaban.

—Hay, cochinos, para eso existen las habitaciones, baños y moteles. — Apareció Jimin, derrepente. Separaron el beso y apoyaron sus frentes.

—Vamos, Jimin, no finjas inocencia si casi todas las noches se te escucha gemir el nombre de YoonGi a través de las paredes.

El castaño se tapó la boca con la mano y salio de la cocina cabiz bajo. Al sentir el portazo, Tae volvió a capturar los labios de Jin. Luego repartió besos por el largo, delicado, y exquisito cuello de el mayor.

Un jadeo escapo de los labios de Jin.

—Agamoslo Jin, se que lo quieres tanto como Yo.

—Si.. si... Si lo quiero, pero no es el lugar ni el momento.

Tae se separó resignado.

—Esta bien, después de comer me dejaras ser el activo, quieras o no.

—Claro que si cariño. Como tu quieras.

Un beso en los labios fue suficiente par calmar la calentura de el momento.

—Sabes Tae... — Dijo Jin, abrazando al menor por los hombros — Antes de que tu aparecieras, me creía un sapo.

—¿Un sapo?.

—Si, exacto, un sapo. Un sapito feo, que no encajaba en el estaque, ni en cualquier estanque en el que estuviera.

—Huuh — Taehyung puso sus manos en el pecho o de Jin — Y que paso con el sapito.

—Conoció a su pequeño príncipe. Ese bello y pelimorado príncipe, que con un beso lo hizo hermoso.

Una lágrima cayó por la mejilla de Tae.

—Que alegría debe estar sintiedo el sapito, no crees.

—Bueno, el ahora hermoso sapito, es más feliz que nunca, al fin siente que encaja en el estanque al que perteneció siempre. Esta rodeado de cariño y hermosos renacuajos que le hacen la vida imposible.

Si, ese era su final feliz. Ese que todo el mundo busca. El ya lo encontró, junto a su Pequeño Príncipe.

Mi pequeño príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora