Nota 22.

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Oye tú, imbécil:

¿Por qué me llevaste a comer? Tenía hambre... Pero ¿por qué? Ni tenías ninguna razón para hacerlo.
Me puse súper nerviosa por como me veías, yo que suelo comer como un cerdo no comí casi nada.

Es tu culpa, idiota.

Oye tú, Imbécil. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora