Guerra

En un abrir y cerrar de ojos

SARA

Me levanté por la mañana y volví a mirar por la ventana, los restos de la casa del pobre Burhan allí seguían, todo negro, lleno de cenizas, aquello era desolador, y una injusticia para la buena persona que tengo como vecino, él siempre ha estado allí cuando alguien le ha necesitado, sin pedir nada a cambio, ayudando siempre a los demás, a cambio, el ejército le quemó la casa.

Aquel día mi marido, Khaled, y yo, nos preparábamos para trabajar, no desayunábamos, comíamos lo mínimo, dábamos lo poco que teníamos a nuestra hija Lina de 8 años, y tratábamos de ahorrar para algo más importante, las cosas se estaban poniendo feas y sabíamos que el dinero lo íbamos a necesitar de cualquier manera. Mientras nos vestíamos, en nuestra pequeña radio, escuchábamos las noticias del día, y para nuestra sorpresa y llenos de rabia, oímos como los medios explicaban que la casa había sido destruida por los terroristas, y que estos empezaban a secuestrar civiles. Entonces, es cuando oímos ruidos muy fuertes provenientes del exterior, eran mezclas entre disparos y gritos, miramos aterrorizados para saber qué pasaba, no dio tiempo ni a abrir la puerta cuando los soldados entraron tirándola abajo, yo antes de darme cuenta ya estaba empapada de lágrimas, mientras ellos tiraban al suelo a Khaled, -Sabemos que trabajas para la oposición, ¡eres un terrorista!- decían. Lina gritaba que soltasen a su padre.

-Somos gente pobre, no hemos hecho nada, por favor, solo tratamos de sobrevivir- les explicaba mi marido.