Guerra

Lamentos

KHALED

No.

Ella no. Por favor. No me lo creía, era imposible. Ya está, se quedó atrás, y nunca más la volvería a ver. Y Lina, mi pequeña hija, sin madre, ¿qué voy a hacer ahora?

Las olas comenzaron a meterse dentro, nos dijeron que tiráramos nuestras maletas por la borda y así lo hicimos. Cada segundo que pasaba en ese bote, más lo lamentaba.

El mar estaba muy agitado, las personas vomitando, con el continuo mareo que se producía. Lina cerraba los ojos, la cogía en brazos para que no tuviera que ver todo aquel horrible panorama. 

Un estruendo. Seguido de llantos y lamentos. A penas dio tiempo a darse cuenta de lo que estaba pasando, habíamos golpeado contra una piedra, el bote se destrozó y nos empezamos a hundir, la parte baja se llenó de agua, todos estábamos muy apretados, no podíamos movernos. Gritos y gritos, solo se podía oír eso.

Fuimos los últimos en salir de aquel bote que tantas desgracias nos estaba causando.