Capítulo 34.

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Un día diré que fue mi imaginación la que nos juntó

Emily: Te hemos traído dos tipo de pruebas, mejor estar seguros que no -dijo acercándose a la cama.

Leah: Deja que te ayude...

Yo: Los chicos no están en casa, ¿no? -pregunté.

Bella: Les he dicho que se vayan, pues necesitas descansar, ¿no crees Amber? -preguntó apareciendo en la puerta.

Yo: ¿Cómo? Jacob -y esta asintió- Vamos a probar eso...

Me ayudaron a caminar hacia el baño, me entregaron las más de tres pruebas y me encerré mientras leía las instrucciones.
El primero tenía forma alargada, parecido a un bolígrafo, que me daría el resultado con rallitas. Una rallita, positivo. Dos rallitas, negativo.
El segundo en cambio el resultado se refleja con caritas. Una carita contenta, positivo. Una carita triste, negativo. Además, según las instrucciones, el test también dice las semanas de embarazo en un tiempo estimado.

Yo: Tiempo de espera, cinco minutos -susurré viendo los dos test encima de la mesa del baño.

Me levanté del retrete lentamente y me miré en el espejo. Mi piel estaba más pálida de lo normal, mis ojos estaban rojos, mi cabello parecía no tener vida y mis uñas estaban rotas e sensibles. ¿Cómo demonios he llegado a este extremo?
La alarma del teléfono me bajó de la luna, devolviéndome de vuelta a la Tierra. La apagué y me senté en la taza del váter. Mis ojos se aguaron y mis manos callaron mis sollozos.

Paul.
Bella había venido justo en el momento en que Emily y Leah llegaban a casa con una bolsa de la farmacia. Las iba a seguir asustado, cuándo una fría mano se posó en mi brazo. La chupasangres ladeó su cabeza horizontalmente para negar. Me señaló la puerta, a mi y a mis amigos, diciendo que ellas se encargarían de cuidarla pero que con tanta gente era difícil de hacerlo. Después de quejarnos y gritar todo tipo de cosas, abandonamos la casa.

Sam: Vamos a patrullar. Jared y Embry, con Paul. Seth y Mathew, conmigo. Quil y los demás, quedaos por los alrededores, por si acaso aparece esa mujer.

Nos despedimos y empezamos nuestra patrulla. Mientras corría en mi forma lobuna, no podía dejar de pensar en ella. Mis pensamientos divagaban de un lado a otro, hasta que apareció una imagen de ella muerta.

Seth: Ni se te ocurra pensar en eso -gruñó enafadado.

Yo: Lo lamento. Estoy demasiado sensible...

Embry: Ya verás que todo se solucionará, aunque no se cómo se lo tomarán sus tíos o Stephanie...

Sam: ¿Cuánto tiempo hace que no la ves?

Embry: Una semana.

Sam: Ve con ella y despidete, no se sabe lo que puede suceder mañana...

Yo: Vete amigo. Gracias por todo.

Embry nos agradeció mentalmente a cada uno y salió de fase. Nosotros en cambio continuamos patrullando. Cada vez se oía más el olor de chupasangre, pero nosotros no podíamos intervenir por nada en el mundo. Esta noche, según me había comentado Sam, Jacob iría con los chupasangres a una acampada para analizar el terreno en el que lucharíamos. Fue escogido por Edward, quien lo más seguro lo había visto en la mente de la chupasangre desaparecida, esa que podía predecir el futuro. ¿Ella hubiera visto lo de Amber? ¿O todo eso se aleja de sus visiones?

Love at first sight #Book1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora