El irritante sonido del despertador me asusto causando mi doloroso aterrizaje en el suelo alfombrado de mi habitación.
Baya manera de comenzar la mañana de un lunes perfectamente soleado, pero aunado a eso no hacía mucho calor, a decir verdad, el clima estaba bastante agradable.-¡Vamos, arriba Sophi! – escuche los gritos de mi hermano mayor al otro lado de la puerta mientras la golpeaba.
-¡Oh, por dios Jeremy! ¿Quisieras dejar de fastidiarme? – trataba de sonar ruda pero como me lo imaginaba, termino por ser un intento fallido.
-No me hagas entrar por ti porque será peor, enana.
Solté un quejido mientras intentaba quitar las mantas que pertenecían a mi cama pero que justo ahora se enredaban a mi cuerpo y me mantenían como si estuviese en una especia de capullo.
-¡De acuerdo!
Logre quitarme las mantas de encima, me levante un tanto adolorida y de mala gana ya que sabía que si Jeremy entraba por mí no sería un espectáculo agradable de presenciar. Tome dos toallas y me di una ducha rápida, aseando minuciosamente las áreas prioritarias de mi cuerpo. Una vez que termine de ducharme seque mi cuerpo y mi cabello, me coloque ropa interior y algo de crema humectante para la piel, finalmente me puse el uniforme escolar que consistía en una falda gris, calcetas largas del mismo color, blusa de manga larga blanda y un saco guinda con el logo de la escuela bordado del lado superior izquierdo.
Me mire en el espejo de cuerpo entero que tenía en mi habitación para asegurarme de tener un aspecto decente y presentable.
Sinceramente no tenía un cuerpo voluminoso ni nada parecido, sin embargo era poseedora de unas cuantas curvas pero nada en exageración, mi trasero era inexistente aunque mi busto era algo grande para mi gusto. Diría que amo mi cabello aunque la mayoría del tiempo está hecho un lio total así que no amo mi cabello y mis ojos tampoco tienen un color que me parezca digno de admirar, son café oscuro, un color bastante ordinario a mi parecer.
Una vez que termine de auto compadecerme frente al espejo, tome mi mochila y baje al comedor.
-Tu desayuno está en la mesa, date prisa si no quieres que tu hermano te deje – me informo Norma con voz hostil.
"Seguro se le hizo tarde de nuevo", pensé.
Me senté y comencé a engullir el pan tostado con mermelada de zarzamora que Norma me había preparado.
Norma Colton era mi madre, cuando tenía 4 años y Jeremy 8, nuestros padres se divorciaron y con eso me refiero a que un día papa tenía sus maletas en el auto, se despidió de nosotros, le dijo a Jeremy que nos cuidara y se fue.
Nunca volvimos a saber nada de él.
Los años que siguieron Norma comenzó a beber y fumar de manera excesiva, solía pegarnos y cuando se daba cuenta de que nos había hecho daño se tomaba pastillas antidepresivas para dormir, la mayoría del tiempo lo hacía.
Hace tres años se internó en un centro de rehabilitación y nosotros – Jeremy y yo – nos mudamos a casa de nuestra abuela, quien falleció el año pasado a causa de cáncer.
Termine de desayunar y subí para lavar mis dientes mientras escuchaba los gritos desesperados de Jeremy. Baje las escaleras a toda prisa y subí junto con él a su auto, un jeep wrangler negro del 2000.
En la radio sonaba Misery de Maroon 5 a todo volumen mientras que yo moría de risa gracias a mi hermano que cantaba tan desafinado que se escuchaba como un gato agonizando, sin embargo continúe permitiendo que creyera que cantaba tan bien como Adam Levine y no dejo de cantar hasta que llegamos al estacionamiento de la escuela.
-Listo, ahora largo de aquí enana.
Baje del auto no sin antes haberlo fulminado con la mirada y azotar la puerta del copiloto, esta era mi rutina cuando se me hacía tarde.
Jeremy era el chico más popular de su curso, conocido por salir con su profesora de biología en su primer semestre de preparatoria.
Yo por otro lado, distaba mucho de ser el centro de atención y me encontraba bien con eso, puesto que cuando muchas personas me observaban o tenían su atención puesta en mí acostumbraba a entrar en pánico de manera casi inmediata.
Fui directo a mi casillero para sacar y meter algunos libros tomando en cuenta las clases que me tocaban antes del almuerzo. Una vez que concluí dicha actividad cerré mi casillero y al alzar la vista, allí estaba el.
Zachary Tomson.
Uno de los chicos más populares del instituto pero sin duda alguna, el más cruel y apuesto que había visto a lo largo de mis 15 – casi 16 – años de vida.
Sus ojos azules eran simplemente perfectos, su piel casi tan blanca como la nieve y su cabello negro siempre se encontraba un tanto desordenado, dándole un aspecto sexy. A pesar de lo atractivo que me parecía debía admitir que también me intimidaba más que cualquier otra persona.-Yo que tú ya me lo habría tirado – escuche la inconfundible voz de mi rubia amiga situada a mi lado.
-Afortunadamente no eres yo – respondí volteando a verla, ella se limitó a sonreírme.
Andy Brooks, mi mejor amiga desde el preescolar además de Benjamín Wilde, me sentía afortunada de tenerlos a ambos, ella era como la hermana que siempre quise tener y él era como un segundo hermano.
Los tres éramos polos completamente opuestos pero encajábamos a la perfección, Andy era la única persona sobre la faz de la tierra capaz de hacerme lucir femenina y Ben – además de Jeremy - era el único barón con quien no me cohibía, eso sin contar que ellos eran los únicos que sabían de mi pequeño enamoramiento por Zachary Thomson.-Hola chicas – y ese era Benjamín Wilde.
Puso sus brazos alrededor de nuestros hombros mientras nos daba un sonoro beso en la mejilla a cada una.
El ruidoso sonido del timbre se hizo presente haciéndonos saber que las clases habían iniciado. Los tres bufamos y caminamos juntos para recibir dos horas enteras de biología.
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The Confusion Of Love
Teen FictionMi vida era tranquila, ordinaria y controlada por la rutina. Entonces llego el, arrasando con todo como si fuese un huracán y puso todo de cabeza, me incitó a hacer cosas que jamás habría imaginado, con el experimente sensaciones que no había tenido...