La vida es algo así como un vaivén incontrolable, una llama inquebrantable que se va apagando poco a poco. Con las desdichas y alegrías que acarrea, con el bien y en mayor medida el mal. Algo con lo que se debe aprender a vivir.
Aún así nos gusta esas sensaciones agrias, sin ellas no podríamos sentirnos vivos en los buenos momentos.
Pero nuestro temor a la muerte es más intenso que la vida misma, haciéndose los fuertes, diciendo que no le tiene ningún miedo. Algo así, como nuestro caparazón para no seguir temiendo. Pero es algo que no superamos hasta el día en el que llega. Ese día en el que quieres poder sanar todas tus heridas, cerrar tus pecados y dejar tu alma descansando eternamente... mas allá de la humanidad.
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Ñoñerias varias
RomanceAquí escribiré cosas que se me vienen a la mente, sin ningún tipo de sentido alguno. O quizás si.
