Las personas rotas pueden hacerte más daño del que imaginas.
A los 13 años lo vi por primera vez y a los 15 entablamos más que una simple amistad, el parecía ser bueno y respetuoso pero resultó ser un demonio más que quería adueñarse de mi, alguien que más que mi amor se convertiría en mi verdugo.
Mi primera ilusión fue el, creía que sería el indicado y para toda la vida pero no. Se llamaba Phil era 6 años mayor que yo, primo de un compañero de instituto; parecía ser un chico perfecto, atento bueno agradable divertido no consumía drogas ni alcohol (sabia ocultar bien su verdadera personalidad) tocaba en un grupo de rock no muy popular. El primer año fue perfecto lleno de cariño y respeto, el segundo año empezó a llevarme con sus verdaderos amigos, a las fiestas que asistía, a los conciertos que daba en fiestas privadas o bares. El tercer año lo conocí de verdad, el verdadero Phil era un drogadicto, alcohólico mujeriego y lo peor de todo, golpeador de mujeres.
El sabia en que parte del cuerpo golpearme para no levantar sospechas, el sabia como manipularme para yo seguir con el sin hacer algo al respecto. Poco a poco el me fue llevando a su infierno, con el tome por primer vez, el me obligó a usar drogas un par de veces para satisfacer sus necesidades, el mató a mi primer bebe.
El me destruyó...
