Termino la noche,
Comenzó el día,
Desesperada por la hora buscaba entre sus bolsillos todos sus lamentos,
Lamentos por el desamor,
Lamentos por su padre,
Lamentos por su madre,
Lamentos por sus imperfectas curvas,
Lamentos por la vida,
No había una cosa que ella no lamentara,
Iba caminando el pensante,
En busca del culpable de sus desgracias,
Vacía sobre el bordillo alineado,
Caminaba,
y se dio cuenta que la desgracia le pertenecía netamente a ella,
Que la única desgracia estaba en su cabeza.
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LETRAS SIN NOMBRE
De TodoLa poesía se convirtió en su rutina, Los versos en el pan de cada día.