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Ya ha pasado un mes desde que llegue a casa de mi abuela. Mis padres volvieron del crucero sin resolver nada y mi abuela les dijo que hasta que no resolvieran sus problemas no vuelvan a buscarme. Adrien y yo somos muy amigos a veces no hace falta que me envié los mensajes simplemente miro su rostro o sus manos y ya se la respuesta. Pasamos todo el día en la playa y por la noche miramos películas o leemos libros y el sube las reseñas en su blog. Tiene tantas cosas que me gustan. Su sonrisa sincera, su mirada, su cuerpo. Es hermoso por dentro y por fuera. Solo quisiera poder escuchar su voz aunque sea una vez. A veces estamos muy cerca más que nada cuando leemos o miramos una película y siento unas enormes ganas de besarlo pero no sé si le gusto de esa manera, es un año mayor que yo y quizás no le guste como chica.

Es sábado en la noche mía abuela se fue al bingo con sus amigos y Adrien está conmigo en el sillón viendo un maratón de Resident Evil. Comemos palomitas de maíz y de repente se corta la luz. Nos sobresaltamos y el me hace una seña de que me quede tranquila en el sofá. Se va a revisar y luego viene a mi lado y toma su teléfono.

_ debe ser por la tormenta_ dice y yo asiento. Un trueno suena y me sobresalta y Adrien me abraza protector. Escondo mi nariz en su cuello y huelo ese aroma tan particular que tiene, como a maderas cálidas y dulces, como a una tarde de verano, a él. Lo siento acariciar suavemente mi espalda y levanto mi rostro al suyo. El me mira y siento que puedo perderme en sus ojos claros. Siento su corazón agitado y el mío resuena en mi pecho, entonces nos acercamos y sus labios rozan los míos despacio, con cuidado. Me encanta la sensación así que repito el beso. Su boca se pega a la mía y pasa su lengua lentamente por mi labio inferior y abro mi boca porque se supone que eso debería hacer. Su lengua busca la mía cálida y suave, sabe dulce como a las palomitas que comimos. Me incorporo y me pongo a horcajadas de él, sus manos van bajo mi suéter y acaricia mi espalda. Me retuerzo sobre él y siento una dureza apretar mi centro. El está excitado por nuestros besos. Bajo mi mano a su cintura y la meto para tocar su piel es tan suave como siempre la imagine pero de repente Adrien se tensa. Me aleja despacio y dice que no con la cabeza

_ ¿porque?_ pregunto confundida. El solo dice que no con la cabeza y se marcha. Me envuelvo en la manta del sofá que aun huele a el y me quedo mirando en la ventana como llueve sintiéndome herida.

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Un verano en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora