/Caleb/
El día de hoy comenzó con una chica entregándome una carta, mientras su grupo de amigas observaba a unos cuentos metros. La chica era linda, pero no me interesaba salir con alguien ahora.
Así que no acepté la carta y le dije "No estoy interesado" para después marcharme a clases. Mientras caminaba escuchaba como sus amigas la consolaban por el reciente rechazo y le decían cosas como:"Es un patán Lindy, no vale la pena" "Te mereces algo mejor" y mas bla, bla, bla.
Pero, muy poco me importó lo que dijeran, yo nunca le di esperanzas, ni ilusiones a nadie.
Lo que me consuela es que me encuentro en último grado y eso me pone un tanto alegre, ya que en cuanto me gradué descansare de las "admiradoras -no tan- secretas" que se la pasan acosándome con la mirada en los pasillos de la escuela y mandando interminables mensajes a mi teléfono que estoy seguro que lo han conseguido gracias a Tom Maslow el único que tiene el honor de que lo llame amigo aunque comparta mi numero de teléfono con cualquier cara bonita que se le acerque y pregunte por el.
Las primeras clases han sido aburridas y sumando el hecho de que hoy es lunes ha sido peor.
Así que decidí largarme durante el almuerzo y para eso recurrí a Tom que no se negaría a dar una vuelta y comer una buena hamburguesa de Carl's Junior.
El timbre indicando el almuerzo sonó y me apresuré a salir del salón de clases, busco en el pasillo a Tom y lo encuentro no muy lejos con sus inseparables amigas y me acerco lo suficiente para que pueda oírme.-¡Maslow! -lo llamo alzando un poco la voz, voltea casi al instante, seguido de las miradas de sus dos amigas.
Tom instantáneamente sonríe y se dirigé hacia a mí, sin antes decirle algo a sus dos amigas la rubia McRae y la castaña Turner que al parecer no les agrada mi presencia y la amistad con su rubio amigo.
—¿Qué pasa amigo? —saluda Tom, seguido de un choque de puños.
—Nada, ya sabes. Típico lunes aburrido —hago una mueca— Vayamos por una hamburguesa y al bar de Hank— le digo a mi amigo el plan esperando una respuesta por parte de él.
—Genial bro.–responde y nos marchamos.
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El tiempo paso volando y las hamburguesas estuvieron deliciosas, como siempre. Saliendo de comer camino hacia el bar de Hank, nos topamos con la rubia amiga de Tom y a su viejo auto averiado casi en medio de la calle. Cuando Tom preguntó que si podíamos ayudarla, le respondí que le podía dar un aventón hasta que terminara los asuntos que tenia en el bar.
Tom la llamó y ella se acerco al auto, cuando miro que yo era quien conducía hizo una evidente mueca de desagrado y se negó a la "ayuda" que le ofrecía su amigo. Si que era una orgullosa.—No seas tonta y acepta la ayuda— escupí un tanto exasperado de su ridícula actitud.
Golpeaba el volante con mis dedos contando los segundos que se demoraba en decidir si subir al auto o no, Tom seguía insistiendo mientras a nuestras espaldas creábamos más tráfico del que ya había para ser un lunes. La rubia preguntó que si qué hacia con su coche, no creo que sea conveniente responder que lo llevara a una chatarrera.
—Saca tus cosas rápido y sube al maldito auto —gruñí por segunda vez.— después averiguamos que hacer con tu escarabajo.
La rubia acepto a muy duras penas, se dirigió a su auto y tomó sus cosas para después adentrarse al coche y sentarse en el asiento trasero.
Puse el auto en marcha –gracias al cielo– y retomé mi camino hacia el bar de Hank. Durante el trayecto escuche como Tom le preguntaba a la rubia por Kylie Jenner, debo suponer que su escarabajo llevaba por nombre a la menor del clan Kardashian-Jenner pero pregunté para hacerla molestar más de lo que ya se encontraba.
Claro, no obtuve la respuesta que esperaba, pero el objetivo de cabrearla mas fue un éxito. Si iba a odiarme que tuviera sus razones.
Tom me advirtió que sabía defenderse aunque dudo mucho que sea cierto, su cara de asustada me dijo lo contrario cuando se dio cuenta que nos dirigíamos a las afueras de la ciudad. Me llamó idiota, ella cree que no la escuché pero decidí no contestar y dejar que sintiera que había ganado.
Llegamos a nuestro destino y no tarde en adentrarme al bar. Tom y la rubia me seguían, me dirigí a la barra, me senté en un taburete y pedí una cerveza mi amigo imitó mi acción y también ordenó una. McRae por su parte solo se limito a poner su peor cara una vez que se sentó en el taburete.
Después de unos minutos, Tom me pregunta que si tengo una moneda de sobra, su pregunta me causa gracia y suelto una carcajada.—¿Para que demonios quieres una moneda? —pregunté.
—Mollie necesita hacer una llamada.—responde sin importancia, dirijo mi vista hacia la rubia que ahora se que lleva por nombre Mollie y me doy cuenta que me observa.
Dirijo mi mano hacia mi chaqueta y tomó mi iPhone y se lo entrego, tarda un poco en tomar el móvil pero lo acepta. Se levanta de su asiento y sale del bar.
El barman me hace seña de que podemos pasar con Hank a su oficina, me levantó de mi asiento y camino hacia allá, Tom me sigue y nos adentramos a la oficina. La calva de Hank brillaba de una manera un tanto graciosa, pareciera que tenia cera de coche para darle ese brillo.—¿Han conseguido lo que les pedí? –pregunta en cuanto nos ve cruzar la puerta.
Tom sonríe y asiente —Tus chicos no te defraudarían Hank.–responde a la pregunta.
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Educando a un Patán.
Подростковая литература-Patán: Hombre que se comporta de forma ignorante, tosca y grosera. No era coincidencia que la palabra patán le quedara como anillo al dedo a Caleb. Pues él se comportaba de tal forma. Mollie McRae, cansada de su comportamiento. Decide poner un alt...