Monóxido... Olor de la victoria.
Pasamos al lado de varias chicas, con vestidos... ¿Bastante cortos?
A quien engaño, se les veía la raja de el culo
Que directa, Ávalon
-Alice, no es mi culpa que ellas sean unas putas.
-¿Que?-Dijo Charlie, casi se me olvidaba que el estaba ahí, espero que no haya presenciado mi momento de locura.
-Que...- Digo mirando a todos lados, en busca de una respuesta rapida- ¿cuál es el auto de Astegan?
El mostró una pequeña sonrisa de lado y de un suave movimiento se aparto el pelo de la cara.
-En teoría no es su auto, sino mío.- Dijo Charlie, invitandome a sentarme en unas de las sillas que estaban alrededor del punto de partida.- Yo lo compré.
-Y... ¿Por que lo compraste?-Pregunté. Ya se, tenia esa necesidad de ser curiosa. Pero yo era una hija de Atenea honorable.
-En realidad,- Dice viendo a su bebida- era mia- Dice haciendo resonar la palabra Era.
-¿Por que ya no lo es?
- ¿Siempre haces tantas preguntas, Ávalon?- Dice con su voz ronca.
Me quede pensando un rato la respuesta.- Depende a quien sea dirigida.
El me sonrió y negó la cabeza divertido, lo que siguió después de eso fue silencio de parte de Charlie.
En la pista de carreras, Astegan iba en la esquina junto a un tipo con un auto rojo, muy llamativl por cierto. A mi no me gustaba ver las competencias porque me ponía muy loca y se me salía el diablo viéndolas.
¡En sus marcas...!
Diosito por favor ayuda a estos seres.
¡Listos...!
Por favor, yo hice mi tarea ayer, tengo méritos.
¡Fuera!
Y ahí iban, a máxima velocidad por la pista improvisada de carreras, el chico de el auto rojo quedó un poco rezagado por Astegan al principio, pero basto de un aceleron para que el chico dejara una estela de arena a su paso, colocando así a Astegan en el segundo lugar.
- ¡CORRE IDIOTA!- Empecé a gritar como retrasada mientras veía como al chico por quien Había apostado iba perdiendo.
Charlie empezó a reír a carcajadas y me hizo volver a sentarme.- Relajate... No va a perder, confía en el.
- ¿Confiar en el? Ni lo conozco - Dije obvia.
Mi chico se quedó unos minutos pensando y añadió:- Bueno, confía en mi entonces.
Confiar... Ni siquiera confiaba en mi progenitora, mucho menos en el chico de el que no sabia nada.
Lo único que me quedo fue mirar la carrera que iba muy pareja a mi parecer, o por lo menos en ese minuto lo fue, ya que faltando solamente 10 metros para llegar, Astegan piso el acelerador ganando así la competencia.
Contemplé asombrada la estrategia de el chico al correr- Es muy bueno- Admiti a Charlie.
-Si, podría decirse- Dijo y se levantó, para luego tenderme la mano, cosa que acepte levantándome.
Salimos de el local y llegamos al auto de Charlie, que tenia impregnado su olor en todas partes.
- ¿Te divertiste?- Dijo encendiendo el carro.
- Si, excepto por la parte en la que nunca me dijiste por qué la moto de Astegan ya no es tuya- Dije y sonreí con suficiencia a mi misma por recordar ese momento, la verdad era muy lenta para ese tipo de cosas.
Su mirada se ensombreció por un momento y miro al parabrisas, sopesando su respuesta.- Bueno... Digamos que ya no podía conducirlo más.
Eso no era suficiente para mi.- ¿Por qué?
- Porque hice una promesa, y en eso consistía. - Dijo empezó a tambolirear el volante en cuanto llegamos al semáforo.- Y te agradecería que no siguieras mencionando el carro, por favor.
Eso me dejo pasmada ¿Por que se mostraba tan cerrado conmigo?
No confiaba en mi... Era eso
Por una parte eso me molestaba, pero por otra, yo no podía pedir lo que yo no daba.
Me quede pensativa mirando por la ventana de el copiloto hasta que tuve el suficiente coraje como para hablar.
- No puedo ir a mi casa ya- Dije mirando la hora. Si llegaba a casa de mi amigo a esta hora su madre mínimo me deja la chancla marcada toda la vida en la espalda.
El chico suspiró y dio una vuelta en "U"- ¿A dónde vamos?- Dije recordando las calles por donde pasábamos
- A un hotel- Dijo sin perder la vista de el camino.
¿Un hotel? Pensé que por lo menos, tendría las suficiente caballerosidad de llevarme a su casa. Pero al parecer a Charlie O'conell no se le conocía por esos rasgos. Tuve que morderme la lengua para no preguntar acerca de el por qué no me llevaba a mi casa, a pesar de que la curiosidad rogaba de salir de mis labios.
- Esta bien- Fue todo lo que logre decir.
- ¿Quieres comer algo?- Dijo y se echo un mechón de cabello rebelde hacia atrás. - Podemos ir a donde quieras.
- No, gracias, comí antes de venir - Dije con simpleza para después empezar a jugar con mis manos.
No me dí cuenta cuando nos bajamos de el carro, mucho menos cuando me dormí, solo sabia que cuando me desperté, el blanco era lo que predominaba en la habitación, un color que me recordaba a hospitales y a manicomios.
- ¿Charlie?- Dije para voltearme y encontrarme con una chico completamente dormido, y con su pelo que caía a cascadas tapándole la vista. - ¡Charlie!- Dije mas fuerte ocasionando que el despertara.
- ¿Que ocurre?- Dijo con posor entregándose los ojos.
- ¿Donde estamos?- Dije viendo a mi alrededor
- En el cielo- Dijo con una sonrisa socarrona para después estirarse.- Estamos en el Hotel Long City.
¿Long City? No sabia que chingados era eso pero le sonaba muy costoso. - ¿Que hora es?
Charlie se levantó y se acercó a mi, impulsándome hacia arriba, pero soy demasiado floja y lo único que ocasione, fue que el se cayera encima mio, aplastandome.
Lo único que ocurrió después de eso fueron las carcajadas que resonaron por toda la habitacion.- ¡Levantate!- Dije sin parar de reír, ni siquiera sabía que era tan gracioso.
Charlie me obedeció y se levantó, pero yo enseguida me dispuse a dormir otra vez. A lo que a el le pareció gracioso y volvió a tirarse sobre mi.
Este seria un largo día.
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¡Te Maldigo Karma!
Short StoryElla es Azul El es rojo El vive en el sitio mas refinado de la ciudad Ella en los suburbios y porque su tio lo paga El tiene el ultimo telefono que salio Ella, simplemente, no tiene Solo los une sus historias, traumas y Experiencias