008 Resuena

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Una actitud sincera hacia la música.

Una voluntad tenaz que se enfrenta al miedo.

Unas bases inamovibles.

Este es el espíritu del ganador del año pasado.

+¡¿Qué te parece?! ¡Este soy yo!+

+¿Me estás viendo? ¿Me estás escuchando?+

+Me esforcé mucho durante estos años,+

+Porque creí que algún día volverías+

+¿Te alcancé? ¿O aún estás más lejos?+

+¿Volverás a dejar que te persiga, como a un espejismo?+

+¿Podré seguir admirándote como antes?+

+Contéstame. Muéstrame+

+Vamos, ahora será tu turno+


Las notas fluyen, como agua en un río.

Su fuerza, su pasión... son increíbles.

Tiene mucha presencia, no comete errores...

Absolutamente sorprendente.


–Es por tu culpa, tú lo hiciste así–

–Todo es para alcanzarte–

–Eso es lo que dice el piano–

¿Tú también?

–No juegues conmigo–


Solían estar esos tres nombres juntos.

Aquellos quienes monopolizaban los primeros lugares.

Esos tres viejos rivales se encuentran una vez mas.


Esa chica cambia mucho de humor.

Sus actuaciones cambian completamente por cualquier cosa.

En estos años, mantener su motivación ha sido caótico.

Todo porque perdió al objetivo que debía derrotar.

Pero hoy todo es diferente...


¿Acaso buscas pelea?

Tú eres el que inició esto, chico.

Las mujeres son guerreras.

Ella se encargará de terminar el reinado de ambos.


+Ella es algo ruda y dice cosas bruscamente,+

+Pero le interesas mucho, ¿sabías?+

¿Yo?

+Al punto de estar perdidamente enamorada de ti+

+Solía decirme que no conocía al verdadero tú+


Es linda... hermosa...

Lo único que puedo hacer es suspirar.

El piano negro y ella quedan estupendamente.

Otro rival del cuál no tengo recuerdos,

Se prepara a tocar.


–Estoy nerviosa...–

–Hacía tiempo que no me pasaba esto...–

–Claro... hace años...–

La delicadeza de un ave al principio y la fuerza de un tigre después.

Las notas iban de subida y bajada.

Acompañadas con una marcha de guerra.

Como en un mar tormentoso.

Sus sentimientos son inestables, como olas.

No me sorprendería que hoy llegarán a romper.


–El piano está bien–

–Siento los dedos ligeros. Hoy estoy en forma–

–Tal vez sea porque la comida estaba deliciosa–

–Porque el vestido me queda fenomenal–

–O porque pude peinarme bien–

–Seguro que es eso...–

–No, me equivoco ¿verdad?–

–Ya no eres una niña, no te excuses ante ti misma–

–Él está aqui–


–Después de este tiempo, está justo justo al lado–

–Quizá es más alto y más adulto–

–Pero lo reconocí enseguida–

–Desde entonces estoy de buen humor–

–Él está justo ahí, mirándome–

¿Tú también?

–No me hagas reír–

–Yo sigo tocando el piano porque te repudio–


–Te repudiaré–

–Aunque pierda, aunque me derrotes–

–Te repudiaré lo que sea necesario–

–Te repudiaré con mi piano–


–No quiero escuchar al niño que tocaba en concursos–

–Lo que yo quiero escuchar...–

Rojo, amarillo, amarillo...

¿Estos son sus sentimientos?

Rojos y amarillo, enojo y...


¿Tú también?

–Si, así es. Estoy aquí por tu culpa–

–Menos de cuatro minutos–

–Una simple actuación de menos de cuatro minutos me convirtió en pianista–

–Vuelve. Vuelve–

–Que vuelva el chico al que admiraba–

–Suena ¡Suena! ¡Suena mi piano!–

–¡Resuena! ¡Resuena! ¡Resuena!–


[Ya veo. Rojo y amarillo]

[Su enojo y su... tristeza]

[Estudio Op. 25, número 11 de Chopin]

[Winter wind... Viento de invierno]


La última nota cayó en su lugar.

La actuación terminó.


[Así que tú también tocas poniendo tus sentimientos en la música]


–¡Resuena! ¡Resuena! ¡Resuena!–

— Resuena —

Tu mentira en Abril (Poesía lírica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora