La Chica Del Tren: El Comienzo y el Final
Desde el momento que te vi sentada en el tren, mi corazón se aceleró como si no hubiese un mañana. Tu sonrisa reflejaba amabilidad mientras le cedías el asiento a una persona mayor. Este se negaba, ya que decía que se sentía joven y activo, pero tú seguías cediéndole el asiento, hasta que este aceptó, con una sonrisa tan frágil que un vaso de cristal.
De ahí, te acomodaste en el medio del pasillo del tren, tus manos sosteniendo la baranda metálica, tratando de no caer.
Al principio, decidí darte mi asiento, pero me acobardé cuando te llamaron por teléfono, una sonrisa dibujada de lado a lado, mostrando tus perfectos hoyuelos.
Y es ahí que me pregunté a mi mismo: ¿Tendrá novio?
Cuando terminasteis con la llamada, me mirasteis y me sonreísteis. Una sonrisa que nunca olvidaré, porque fue la primera y última que me disteis.
Al pasar los días, abordábamos el mismo tren y nos sentábamos apartados de uno del otro. Te miraba y tú no me mirabas, tal vez porque pensabas que era un acosador o un pedofilo. Pero, te equivocabas, no lo era. Siempre nos bajábamos en la misma estación, caminábamos a la misma dirección; a la universidad. Cuando llegábamos a la universidad, tu te iba a los edificios de humanidades y yo a los de biología.
Y fue ahí cuando te vi por última vez. Por ser cobarde, nunca te hablé.
A la mañana siguiente, perdí el tren por no haber puesto la alarma la noche antes. Me frustré, porque no te podía ver. Al ver como el tren se iba de la estación, me decepcioné y caminé por las calles sin rumbo a donde. Solo quería despejar mi mente en aquel día tan aterrador. No me importaba si llegaba tarde a la clase, lo que me importaba era no volverte ver.
Cuando pasé por una tienda de televisores, una noticia me llamó la atención. No era muy fan de ver noticias, pero al leer el título, me estremecí y por poco lloraba en aquel instante.
«Chica Muere Al Salvar A Embarazada.» Decía el título.
La reportera explicó cómo el tren fue secuestrado hacía par de minutos atrás. Este fue secuestrado por un grupo de terroristas, que solo querían llamar la atención al gobierno de este país. La televisión mostró una foto de ti; la chica que había fallecido. Eras tú. Eras la chica, con quien me había enamorado locamente por verte.
Te llamabas: Nora Jiménez.
Grité como un desgraciado, siendo acechado por las miradas de los espectadores que miraban la escena con cautela.
Nunca te hablé. Pero, ¿qué pasaría si te hubiese hablado? ¿Podría haber cambiado algo aquel día? ¿Podríamos haber tomado una taza de café en la tienda de la esquina? ¿Podríamos haber formado una familia? ¿Podríamos haber fallecido juntos, nuestras manos entrelazadas mientras cerrábamos los ojos?
¿Podríamos?
No.
No era un podríamos. Por ser cobarde, perdí mi oportunidad para hablarte. Debía hablarte. La vida se va rápido; naces, creces y mueres. Puede ser que en el día de hoy esté y mañana no. Hay que vivir el presente y no en el futuro.
Nora Jiménez falleció en el tren, pero tú seguirás estando en mi corazón.
Para mí seguirás siendo la chica del tren.
La chica del tren que vive en mi.
FIN.
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Sin editar. ¿Les gustó? :) Espero que si.