Por algo se empieza.

21 0 0
                                    

Apenas se sintió como pasaba la luz solar por las pequeñas separaciones entre cada uno de sus dedos, aquel viento fuerte que soplaba ese día. Él odiaba el viento porque recordaba lo solo que estaba, simplemente sabia que las hojas de los arboles caían y ese viento que agitaba fuerte las separaba de cualquier otra hoja en su camino y todas ellas se encontraban dispersas, solas, sin alguien a su lado. Él así se sentía en ese momento, como cualquier hoja de cualquier árbol de la ciudad que pasaba como si el tiempo fuera su viejo amigo que siempre lo iba a acompañar. 

Uno de sus amigos al fin salió de aquel pesado examen que estaban haciendo y entonces lo llamó. En ese momento José se levantó lentamente de la banca donde se encontraba. Sin sorpresa alguna empezaron a comentar acerca del examen pero aún José se encontraba en ese prismático pensamiento de las hojas caídas; como si él estuviera lentamente cayendo al compás del viento que había en ese día tan solitario....como todos los días de su vida.



SIN SORPRESASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora