A veces le pasaba por la mente lo que podría ser un instante de felicidad, pero solo era un pensamiento algo que nunca trascendería a algo real. José quería buscar esa realidad y a veces estaba a punto de conseguirla pero siempre el destino nunca estaba de su lado. Siempre esa felicidad le daba la espalda y las lagrimas empezaban a escurrir por su cara.
Recordó como es de hermosa, sus hermosos ojos, aquel hermoso cabello que era peculiar en ella, simplemente con verlo a la distancia podía notar entre un cumulo de gente la belleza que sobresaltaba entre todos. Se le vino a la mente la primera vez que la vio, ese momento nunca le olvidara. Así como el primer "hola" en Facebook, solo de pensarlo se le formaba un nudo en la garganta, volver a ese momento tan tierno donde ninguno se conocía donde simplemente eran dos personas desconocidas. Pero José sabia que al final se iba a enamorar de ella, por lo que le gustaba, por sus ideas tan locas, por su voz, por todo aquello que no era belleza física; simplemente se iba a enamorar de toda ella.
Esperar el momento a que de nuevo te quiera alguien es demasiado difícil, es como si muy despacio te dieran una puñalada. Y allí estaba José recibiendo esa puñalada y a lo lejos estaba ella viendo muy felizmente como José la protegía para ver esa hermosa sonrisa.