El primer sueño.

49 0 0
                                    

Empecé a soñar hace una semana o dos, bueno en teoría siempre se sueña pero nunca recordaba mis sueños, los comencé a recordar un día que buscaba algo qué leer en mi casa.
Hay muchos libros en mi casa que me encanta leer y me encanta descubrir, siempre hemos comprado libros usados porque nos gusta más, es...como un pequeño amor a historias que muchos olvidaban, pero que nosotros amamos descubrir. En muchas de esas cosas compras nos adueñábamos de más de lo que podíamos leer, y muchos de esos libros se quedaban en cajas acomodadas dentro del cuarto destinado a los libros.
Llegué a ese cuarto y acomodé el libro que terminé en uno de los estantes, pero quería leer algo más. Busqué en las repisas pero nada me convencía, así que recurrí a a una de las cajas; buscaba y buscaba pero algo en mi interior me decía que siguiera buscando, que había algo más interesante por ahí. Buscaba en cajas más y más al fondo y cuando llegué a una de las últimas encontré un libro de tamaño considerable, "Un mundo de sueños" decía en su portada, lo giré y decía "Una intensa aventura en la que estarás cien por cien seguro de tu participación en ella.", sé que no es mucho pero realmente me llamó la atención. Abrí el libro pero todas las páginas estaban en blanco, seguramente una broma para convencer a alguien de escribir un diario de sueños pensé, es útil pero no es lo que yo buscaba.
-¡Dante, ya es hora de comer!- escuché a mi mamá gritar desde la cocina.
-Ah, emm...¡No tardo!- acomodé todo justo como lo encontré y cuando me disponía a irme vi el libro a mi lado aún en el suelo, "ay, ¡maldita sea!".
-¡Dante, baja por favor!-escuché desde abajo.
-¡Ya voy! - no tengo tiempo de guardar el libro donde estaba así que corro con el a mi cuarto y lo dejo en una repisa, bajo las escaleras a toda velocidad para ayudar a preparar la mesa y poder comer a gusto.

La cena era deliciosa, creo que por el día que tuve mi mamá preparó mi favorito: pechugas rellenas, con salsa de chipotle; de verdad me encantan, son deliciosas. Mi día malo básicamente consistió en una ruptura, una traición y además de eso una vergüenza total; pero bueno en realidad lo peor no fue el día sino la noche... Dormí un poco más temprano de lo usual, tuve uno de los sueños más vívidos de toda mi existencia.

Estaba corriendo, no sé muy bien porqué pero sabia que estaba apurado, el día estaba gris y parecía que todos iban con prisa, corría esquivando peatones, bicicletas y autos hasta que llegue a un gran edificio gris con una sola puerta de entrada, negra y de un tamaño normal aunque pequeña para el gran tamaño del edificio. Cuando entre estaba muy ajetreado, lo reconocí, era un teatro.
-Oye [...] te necesita-me dijo una chica medio vestida y maquillada que subió a una especie de terraza que estaba sobre mi cabeza.
-Claro, emm, ahorita voy- un poco adelante y hacia la derecha había un largo corredor, tenía muchas puertas a cada lado y al final había una gran puerta doble de madera con decorados en oro.
Me disponía a ir hacia la puerta del fondo pero algo me detuvo, la segunda puerta de la derecha es un baño, lo recuerdo bien. Entré y todo era blanco al igual que el resto del edificio, había tres personas ahí: un chico pelirrojo, uno de pelo rizado y otro de pelo largo y negro; se me hacían familiares pero no los reconocí. Estaban cuchicheando pero cuando entré los tres se callaron y voltearon a verme, yo simplemente entré cerrando la puerta de espaldas.
-Vamos, ya dilo- dijo el pelirrojo, los otros me veían esperando una respuesta de mi parte; mi boca se movió sola.
-¿Estas ahi?- tan pronto como terminé de decir esas palabras las luces se apagaron, todo estaba oscuro pero no lo suficiente como para dejar de distinguir siluetas.
Todos volteamos a ver el último cubículo, parecía no tener puerta y había una silueta sentada encima del baño; le puse atención y no veía rasgos faciales, solo cráneo y parecía que la piel estaba pegada a sus huesos, volteo a vernos y tras un segundo desapareció. Nos miramos entre nosotros, sobre el hombro del chico de pelo rojo apareció una mano de dedos largos y huesudos, en su otro hombro iba subiendo la "cara" de aquel ente extraño, tomo al chico de los brazos y comenzó a aparecer una sonrisa maléfica llena de colmillos.
Me paralicé, el chico de pelo largo corrió a encender las luces y nos dieron de lleno, nos cegamos por menos de un segundo pero cuando pudimos ver ya no estaban ni el ente ni el chico; las luces se apagaron un segundo y volvieron a encenderse. Ambos chicos veían detrás de mí con una expresión extrema de terror, giré instintivamente y me puse frente a frente con una figura muy alta, con capucha, no podía ver su rostro pero alzó la mano para acariciar mi rostro con sus alargados dedos.
-Esto pasa por jugar, querido- su voz era extrañamente dulce pero aún así sentí un escalofrío tremendo al escucharla.
Me tomó con ambas manos, se acercó a mi y sentí cómo de golpe se me iban todas las energías mientras caía al suelo.
-Pronto volveremos a jugar amor mío-

No Quiero DormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora