Frío

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Soltó un suspiro, no le gustaban los días tan fríos. Tan lejos de su tierra natal, de su apartamento y de su compañía favorita. Pero había tenido que viajar y aunque se suponía que sería corto tiempo, habían quedado fascinados con su trabajo y le pudieron unos cuantos días más... y esos "cuantos días" ya habían completado su segunda semana. El cielo gris y las pequeñas gotas heladas que le regalaba al suelo le hacían sentir peor.

¿Qué estaría haciendo ahora?
Quizá acurrucado en el sofá con una manta mientras veía sin ver algún programa de la TV.
O quizá estuviera en la cama, envuelto en las mantas sin ánimo alguno de salir con la nieve afuera.

Sonrió al recordar que quien solía arrastrarlo a la calle era él. En invierno era casi imposible hacerlo salir de casa... y por ende, él tampoco solía salir. Afortunadamente, su trabajo como entrenador del equipo de natación de la más prestigiosa universidad de Tokyo, le permitía pasarse el mes de diciembre enclaustrado. Algo que pasaba desde años atrás... cuando empezaron a vivir juntos.

Desde la ventana con vista a un pequeño parque, exhaló el humo de su cigarro. Un vicio que había dejado por él, porque no le gustaba el olor ni que se arruinara los pulmones de esa manera. Pero que no podía controlar cuando pasaba mucho tiempo lejos de quien adoraba.

Y aún quedaba una semana más...

Soltó otro suspiro. Ya ni caso tenía que siguiera ahí, no podía trabajar por un problema en la piscina de la Universidad a donde había ido de conferencista, y tampoco en la propia de la ciudad porque hacía mucho frío. Sólo quería irse a casa pronto...

Estaba próximo el cumpleaños de su mejor amigo y su sexto aniversario era al otro día. Definitivamente quería volver.

Un mensaje llegó a su teléfono y, un poco aburrido, lo abrió para leerlo. Una enorme sonrisa curvó sus labios al ver el remitente.

"Te extraño... ¿Aún no volverás? Hace mucho frío..."

Casi sintió como su corazón se removía inquieto mientras escribía la respuesta.

'Aún no. Supongo que a falta de piscina, me pondrán a exponer sobre lesiones comunes en un nadador'

Se le escapó una risa al recibir, casi de inmediato, la contestación.

"Diles que los vas a lesionar en serio si no te dejan volver ya..."

Lanzó la colilla hacia abajo y encendió uno nuevo. Sentirlo cerca y a la vez tan lejos le ponía ansioso.

'Si hago eso me despiden y no podré pagar la boda en verano'

"La pagaré yo si es necesario... sólo vuelve..."

Sousuke lo sabía bien. Su amado siempre se ponía muy sentimental cuando pasaban mucho tiempo separados. Solía ser inexpresivo con todos a su alrededor, pero él ya había aprendido a leerlo y conocía sus necesidades. Ahora mismo, podría jurar que su novio estaba echo bolita en la cama, con el teléfono frente a sus ojos y su fotografía juntos sobre su pecho.

'Volveré pronto.'

Con pesar vio la hora, debía salir a comprar algo de comer o después sería imposible con la nevada que había anunciado el hombre del clima. Se apresuró a ponerse toda prenda abrigadora que encontró junto con el gorro azul eléctrico que él le había regalado la navidad pasada y salió de casa pensando en que quizá compraría su comida favorita para sentirse un poco más cerca.
Pero no tenía ánimo de volver a encerrarse, así que aprovechó el rato y se puso a vagar por el centro comercial comprando alguno que otro souvenir más los ingredientes de las comidas de los próximos días.

"Ya no lo soporto más. Te necesito."

Había sido el mensaje que recibió mientras pasaba a comprar un café y esperaba el autobús que le regresaría a casa. Quiso responder pero no podía, tenía las manos llenas de cosas y apenas conseguía leer lo que le enviaban.

"¿Dónde estás?"

"¿Por qué no me respondes?"

"Sousuke..."

Que impaciente. Sonrió y caminó tranquilamente de la estación hasta el edificio donde vivía por esa breve temporada.

"Como no estés en casa te va a pesar..."

Era un celoso. Paso a paso, contemplando los primeros copos de nieve caer. No tenía hambre, ni prisa, ni nada. Además, ese solitario departamento le haría extrañar el suyo y a él... su cálida presencia a su lado en la cama. Sus besos. Sus brazos rodeando su cuello y sus caricias coquetas.

Empezó a subir las escaleras, ese rincón de la ciudad no conocía la modernidad de los elevadores. Y su teléfono volvió a vibrar con la llegada de un nuevo mensaje. Se detuvo y dejó todas las compras en el suelo, a medio camino a su piso, para responder y de paso calmarle los nervios a su futuro esposo.

"Idiota, me estoy congelando. Mueve ese lindo trasero tuyo y apresúrate a llegar..."

No acababa de digerir ese mensaje cuando llegó otro.

"Ese gorro te queda muy bien..."

Jamás había subido las escaleras tan rápido y poco importaron las bolsas entre sus manos. Al llegar frente a su puerta... ahí estaba él.

-Te tardaste mucho...- se quejó, clavándole la mirada zafiro encima.

-Haru...

-Te dije que ya no podía soportarlo...- abrió los brazos y Sousuke corrió a refugiarse entre ellos. -Te extrañé...

-Y yo a ti...- olvidó el decoro, las bolsas quedaron en el suelo y sus labios unidos a los ajenos. Le supieron a gloria... y, de pronto, le pareció que ya no hacía tanto frío.

FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora