3. Vacaciones

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Muchísimas gracias a todas quienes han comentado y han puesto estrellitas.

¡Hoy es Lunes! Lo prometido es deuda, el tercer capítulo de esta nueva versión de Love Drunk.

¡Espero que lo disfruten!


Saliendo de la enfermería con un vaso de zumo de naranja en la mano, pensaba todo con mayor claridad mientras caminaba hacia el Gran Comedor para encontrarme sólo a Sirius y Sam desayunando.

-¿Cómo está el palo en la cabeza? - preguntó mi mejor amiga, me senté a su lado, quitándole el sandwich a Sirius

-Si quieres vivir, mejor no preguntes - le respondí, mordiendo el sandwich, sentía la mirada asesina de mi primo

-Podrías servirte tu propio desayuno - gruñó

Me encogí de hombros y seguí tomando de mi zumo

-Por cierto - interrumpí los pensamientos de los chicos - Feliz Navidad, saben que soy la peor con los regalos, así que me comprometo a hacerles un trabajo o tarea

Sam dio un salto sobre su asiento

-¡El trabajo de Historia de la Magia! – dijo alertada

Sirius se tapó la cara con ambas manos

-No puedo tener un simple día sin que me recuerden que hay algo que hacer – murmuró sin mostrar el rostro - ¡sólo pido estas semanas de tranquilidad! – alzó la vista hacia el cielo, como si le rogara a alguna deidad

-Lo tenemos desde hace, por lo menos, un mes. Deberías tener como mínimo el título o algo así – lo miré de reojo

-Estás hablando de tu primo, Cassie – dijo riendo Sam – con suerte debe de tener el pergamino y la pluma

Con mi amiga nos mirados y soltamos una carcajada

-No les respondo porque son mayoría – gruñó y siguió comiendo

Durante el transcurso del desayuno, ninguno habló sobre lo que ocurrió anoche, lo cual fue un agrado, porque ni yo se qué pensar.

Remus no llegó a desayunar.

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-El libro lo tengo visto en la biblioteca – comenté a Sam mientras nos encaminábamos a realizar la investigación – espero que no lo hayan reservado antes

-O si no, obligadas a buscar otra vez – agregó agobiada

Al ingresar, Sam se adueñó de una mesa al lado de la ventana que da hacia los jardines. No tengo idea del porqué lo hizo, si casi no hay alumnos en estas fechas.

Fui por el libro, el cual estaba en el mismo estante donde lo había dejado unos días atrás. Volví con ese tomo y otros tres más.

-¿Prometes que no serán más de dos pergaminos? – preguntó Sam, afligida – no quiero quedar con calambres. Siempre quedo con calambres

-Hay que ver si Ana Bolena de verdad era una bruja o squib

La escuché soltar un profundo suspiro de resignación mientras comenzaba a ojear uno de los libros.

Pasada una hora de rasgadura de pluma y suspiros cansados, Sam dio por terminado su ensayo. Su prolija letra impregnada en todo un pergamino; a mi aun me faltaba un cuarto para terminar.

Love Drunk | Remus Lupin | NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora