Nada

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Sin conocerla, me enamoré de ella.

Era la chica más hermosa que vi que nunca. Quizás por eso mis dudas y mis complejos, lucharon una gran guerra civil en mi.

Nada quedó de aquello. Ni un pequeño signo de una guerra, nada.

Era una pequeña pantalla lo que me separaba de ella. Pero estaba allí. Porqué podía verla.

Quería saber que era el amor, y me adentré más allá de las tinieblas de mis recuerdos para verla una y otra vez, como un bucle monótono infinito, que sin más, paró.

Ella era diferente al resto. Su sonrisa me decía una y otra vez: "Inténtalo". Aunque sabía de buena fé que era una locura aquello.

Sé que quizás nadie lo lea, o quizás estés leyendo esto ahora mismo. El tiempo es el mismo. Siempre. No para. Fluye. Aún a sabiendas que no dejaras de crecer, siempre pensando en lo mismo: Nada.

Ella era el tiempo, el tiempo que veía correr, pero se me hacía imposible parar. Era una tormenta.

Truenos y relámpagos en un cielo negro, lleno de esperanza hacia un azul perfecto y tranquilo.

Era lluvia y yo... Vi llover. Cada gota que podía caer de sus ojos tristes.

Quizás es complicado, pero menos es nada. Más nada más podría hacer por ella.

No la conozco, la vi en mis sueños, en las pantallas de mis ojos, en el teatro de la vida.

Ella era como yo. Tenía un escudo, pero dejaba salir su espada cuándo tenía que pelear. Nunca fue cobarde, más yo, en cambio, me aterrorizo con facilidad. Me escondo. Huyo.

Era imposible conectar con ella. Su fama, sus risueñas mejillas, su poder, yo no era nada comparado con ella, nada. Y en el fondo, me dolía, aunque lo sabía perfectamente.

¿Moriré sin saber qué sintió por mi? Posiblemente.

Pero seguramente, ella no sintió absolutamente nada, y yo por ella, lo sentí absolutamente todo.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2016 ⏰

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