Arresto

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Pero, «¿Que significaban estas palabras? » pensó el joven, este se incorporó con los demás discípulos y se acicaló la cara con parte de su sábana. Se había dado cuenta que su cinto se había desatado mientras dormía y empezó a buscarlo por el suelo de aquel lugar.

—  Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega. — dijo el Maestro puesto que algunos todavía estaban sentados al piso.
Y antes de que éste terminara de hablar, apareció uno de los cuales andaban con él y los discípulos con mucha personas con espadas y palos.
El joven se atemorizó un poco, y los discípulos, principalmente a Simón, tenían el seño totalmente fruncido, parecían sorprendidos y enojados a la vez, con aquel se les manifestó al encuentro. Éste se acercó a Jesús y le dijo: 

— Maestro, Maestro. Y le besó.
Los demás con espadas y palos lo apresaron. Pero Simón sacando su espada, hirió a quien después supe era un siervo del Sumo Sacerdote, pero el Maestro le reprendió y poniendo su mano en la oreja, le hizo crecer de nuevo. El joven quedo maravillado de nuevo.

—  ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. — dijo el Maestro.

El Joven Que HuyóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora