Capítulo 7: Cautivadora

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Capítulo 7: Cautivadora

Tres semanas después de todo, me encontraba en un supermercado.

Quinn me había mencionado que le gustaban las frambuesas y por ello fui a conseguirlas lo sé, si ella me pedía la luna era capaz de bajársela, era extraño entiendo que no es una situación normal dado que soy su abogada pero no puedo evitarlo, por otro lado ella ya comía mucho mejor y de a poco estaba recuperando el peso, aún seguía siendo demasiado pálida, pero eso estaba bien, era natural en ella, aun no se había cortado el cabello y cada mañana se pasaba horas cepillándolo pero siempre me decía que aún no se sentía lista para dejarlo atrás.

Tome las frambuesas y me dirigí a pagarlas, también decidí parar en una tienda a comprar un lienzo con un caballete, conseguí algunas pinturas y me dirigí hacia el hospital.

Al llegar la madre de Quinn y Jason salían de la habitación, ellos también estaban recibiendo ayuda de un psicólogo, todos tenían heridas que sanar así que me alegraba saber que estaban poniendo de parte.

-Buenos días Rachel - me saludaba con una sonrisa en su rostro

-Buenos días - la mire sonriendo.

-¿Qué es lo que has traído?

-Un par de cosas que sé que te gustaran

-Dios hace mucho que no veía un lienzo - se levantó de su cama a ayudarme con las bolsas - ¿es para mí?

-Por supuesto, sé que amas pintar y bueno lo vi y no pude evitar pensar en ti

-Me gustas que pienses en mi - decía embelesada observando el caballete y el lienzo

-También te traje frambuesas - dije evitando responderlo que había dicho.

-Oh dios -se acercó a abrazarme - gracias, hoy justamente le pedí a Jason que me las consiguiera

-Bueno, aquí están - su cara lo decía todo, estaba sonriendo, feliz ahí me di cuenta que cosas tan simples como conseguirle algo que le gusta la hacían muy feliz, en ese momento me di cuenta que ella está disfrutando al máximo su libertad.

-Leíste mi mente Rachel Berry - me decía mientras disfrutaba de aquella fruta.

-De nada Quinn Fabray - me senté en una de las sillas cerca de la ventana, ella me siguió y se colocó a mi lado - ¿Qué planeas pintar?

-No lo sé, tengo una loca idea pero ya veré como lo logro, por el momento disfrutare de las frambuesas... ¿quieres una?

-Claro - acepte y nos quedamos en silencio observando el paisaje. La lluvia se hizo presente en pocos minutos y Quinn observaba fascinada como caían las gotas de agua por las ventanas, no lo entendía muy bien y ella noto mi desconcierto. Algunas veces la miraba actuar como una niña pequeña, otras tan solo sacaba toda la fuerza que tenía y dejaba a un lado su miedo, pero ver tan encantada con aquel detalle me sorprendía

-Ver la lluvia caer era una de las cosas que echaba de menos - se encogió de hombros y un vacío se apodero de mí, era cierto, había pasado tanto tiempo encerrada que simples cosas como ver las gotas de lluvia era algo fascinante.

No dije nada y me quede en silencio al igual que ella observando la lluvia, a veces pensaba ¿a mí me afecto más mi secuestro? Quinn parecía más capaz de manejar la situación, cada día que pasaba la veía más fuerte, yo recuerdo haber estado en cama un mes entero, lloraba cada noche y me sentía impotente y asustada. Si quizás lo mío fue más traumático ya que era una niña, Quinn tenía 17 años cuando fue secuestrada, ahora con 23 años parecía asimilar de mejor manera lo sucedido. Aún era difícil lo sabía perfectamente, sus sesiones con la terapeuta eran diarias y notaba lo bien que le hacían, al verla parte de mí, agradecía que no tuviera que pasar por lo que yo pase, si inevitablemente comparaba nuestras situaciones, pero era algo que no podía controlar.

Luz (Faberry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora