Desapariciones.

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El 19 de abril de 2012, nada menos que el Wall Street Journal publicaba una noticia que guardaba poca relación con el mundo de la alta finanza. Esta vez el Journal había fijado su atención hacía el oeste, la intensidad del bosque nacional de Allegheny, de 26,000 hectáreas de extensión, donde acababa de producirse un evento extraño,y totalmente sin explicasión.

El periódico anunciaba el hallazgo de los restos mortales del reverendo Thomas Hamilton, junto con su bastón y reloj pulsera, a lo largo de uno de los senderos del bosque.

En Noviembre de 2010, el reverendo Hamilton y su hija Rebecca Huffman habían ido de senderismo al bosque Allegheny, y llegado cierto momento, el reverendo se sintió demasiado agobiado por la caminata para regresar al coche que les había traído hasta la zona. El reverendo se sentó a la orilla del sendero mientras que su hija salía a buscar la ayuda de los guardias forestales, cuyas patrullas incluyen las zonas más apartadas del bosque. Rebecca, al regresar horas después, el reverendo ya no estaba; una búsqueda intensa de ocho días, utilizando recursos forestales, policíacos y militares, no dio con el paradero de Hamilton.

El capitán Daniel Richter, de la policía forestal, informó a los medios que los restos del reverendo (el cráneo y fragmentos óseos) habían sido hallados por un senderista a cien metros de una vereda en el bosque que no estaba remotamente cerca del sitio en que 31 agencias concentraron sus búsquedas.

Las autoridades afirmaron que no había motivo para sospechar actividad delictiva, y que a falta de evidencia adicional, el caso quedaba cerrado. ¿Raro no?

El índice de desapariciones en estos bosques, va en aumento. Las muertes se achacan a asesinos en serie, drogadictos, montañeses que viven alejados de la sociedad, y en muchas ocasiones, a la estupidez humana. La prensa informa de vez en cuando, de excursionistas qué, murieron en las garras de algún oso, o ciclistas que escaparon de milagro del ataque de un gato montés, pero son pocas las veces en qué se nos menciona sobre desapariciones.

El escritor David Paulides (autor de uno de los mejores libros sobre el tema de "pie grande" o Bigfoot de los bosques de Norteamérica) ha concentrado sus nuevos esfuerzos en las desapariciones y los sucesos extraños que suelen ocurrir dentro de estos bosques. Antes y después de ellos...sucesos que sugieren que algo se escapa de nuestras manos.

Paulides contó, que durante una de sus investigaciones de Bigfoot, alguien tocó a la puerta de la cabaña en la que estaba alojado en uno de los parques nacionales del lado oeste. Se trataba de un guardabosques, manifestando admiración por los escritos de Paulides, y deseoso de hacerle partícipe de una situación misteriosa.

"Comenzó a contarme sobre una serie de desapariciones que habían tomado lugar en el parque al paso de algunos meses, y aunque el guardabosques no formaba parte del cuerpo policiaco, sus amigos le habían ampliado detalles", dijo el autor al presentador Jeff Rense en su programa de radio. "Aunque el personal del parque consideraba que los hechos eran singulares, la administración no coincidía con ellos".

Los guardabosques se maravillaban de que las desapariciones (diez de ellas en espacio de tres años)no habían trascendido a los medios. Nunca se habían hallado restos de ellos ni nada. Gente normal que había venido al bosque a hacer backpacking y a disfrutar de la naturaleza.

En el bosque nacional Crater Lake, afirma Paulides, existe la particularidad de qué los desaparecidos suelen ser niños y niñas menores a los 11 años de edad, que se esfuman en una zona totalmente apartada de la civilización.

Las primeras noticias que se tiene de estas desapariciones son de fines del siglo XIX, recrudeciéndose en la década de 1960-1970. Las búsquedas emprendidas no hallaron ni una sola señal de los jóvenes, cuando por lo general se les suele encontrar (vivos o muertos) a los cinco días después de haber desaparecido. A menos qué, algo haya estado interfiriendo en nuestra búsqueda.

Otro bosque caracterizado por sus desapariciones misteriosas lo es Rocky Mountain National Park. En 1938, un niño llamado Alfred Bullard, de vacaciones en dicho bosque con sus padres a una altura de 8,600 pies. El pequeño Alfred, de cuatro años de edad, caminaba a lo largo de un río con sus padres cuando estos se dieron cuenta repentinamente que el chico ya no estaba con ellos. Llamaron a los guardabosques, que se valieron de sabuesos para recorrer las inmediaciones del río Fall. Al llegar a una bifurcación en el sendero, los sabuesos, se volvieron locos, y al cabo de un rato, sencillamente dejaron de buscar y se tiraron a descansar (conducta totalmente insólita).
Los guardabosques decidieron que el pequeño Alfred debió haber caído en el río (a pesar de que los sabuesos habían seguido el rastro en tierra) y se dispusieron a dragar las aguas, cuando sucedió otro hecho insólito.

Otra pareja de excursionistas se acercó a las autoridades para contar la experiencia que habían tenido en el bosque durante esos días. Esta pareja había acampado a una altura dos mil pies por encima de la familia Bullard, en el monte Chapin. Mientras que almorzaban, oyeron un ruido que les hizo mirar hacia una ladera cercana: llegaron a ver un niño mirándoles fijamente, completamente bañado en sangre, desde una saliente rocosa antes de dar la vuelta y desaparecer; la pareja afirmó qué, luego de darse media vuelta y comenzar a caminar, mas lejos, alguien(o algo) le tomó de la mano, para luego desaparecer juntos. Al mostrarles fotos del joven Alfred, los excursionistas afirmaron que ese era el pequeño que les había mirado desde la saliente.

Las autoridades convinieron en que no había forma alguna en que un niño de tan corta edad pudiese llegar a esa elevación sin ayuda, y sus padres recalcarón qué siempre se le inculcó el: "No hables con extraños", y organizaron un equipo de veinte hombres que ascendió la ladera del monte Chapin hasta la saliente indicada. La batida no tuvo éxito, y no volvió a saberse nada de Alfred Bullard más nunca.

Cabe señalar (como recalca David Paulides) que esa saliente había recibido mucho antes el tétrico nombre, mote de "el nido del diablo" (Devil's Nest) por motivos totalmente desconocidos.

¿Confuso, no?

Estas extrañas desapariciones, aún permanecen sin explicasión. Pero, aún hay más. Un bosque en particular, pero...digamos qué él merece una entrada para si mismo. En la próxima entrada, quizás.
Otro tema del que quiero tocar con ustedes es: ¿Rendirse? Pienso yo qué, para la palabra rendirse, si se puede aplicar el término "Jamás"
Muchos dicen qué todo terminó. Qué, incluso, nunca hubo nada.
¿Enserio?
La mayoría, desperdició como mínimo, 3 años en esto. ¿Para dejarlo sin más? No jodan ahora.
En fin, luego, hablaré sobre esto.

Hasta luego, mis marcianitos(?
Jean fuera.



-CreepyJean.

Caso: 001920 - [DATE BASE] Investigación CreepypastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora