Cuando llegamos vi que mis padres sonreían, estaban felices.
Al entrar al piso mire de un lado a otro, era un piso bastante grande.
-Ves a elegir habitación- Dijo mi madre.
La miré, la miré confusa, sin sonreír. Solo preguntándome si era necesario elegirla.
-Venga- dijo mi padre sonriendo.
Se miraron y sonrieron. Me fui a dar vueltas por la casa mientras mis padres subían los muebles. Vi una habitación grande con balcón. ¿Otro balcón? En el salón también hay uno... Me gustó la habitación así que me apoyé en el marco de la puerta y me quedé mirando a aquel balcón en aquella habitación vacía, grande y oscura. Mi madre me puso la mano en el hombro y la miré, estaba sonriendo.
-¿Te gusta esta?- ella río - Que lista, con el balcón.
Ella sonreía así que pensé que yo también debía hacerlo, le devolví la sonrisa.
Estando sentados en el sofá, que era uno de los pocos muebles que no estaban en un montón, les propuse algo a mis padres.
-Ya soy mayor, así que... ¿Me puedo buscar mi propio piso? - dije mirando hacia abajo.
-¡Buena idea!- dijeron sonriendo
-Y podrás compartir piso con tus amigos- dijo mi madre.
Mi padre la miró como si hubiese dicho algo que no debía.
-Con los que conozcas claro, así será más barato- dijo mi padre riendo nerviosamente.
Creo que me esconden algo, estoy segura de hecho. Salí en busca de algún piso en venta, no tuve que andar mucho...
