Capítulo IV: Cadáveres

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   Cuando llegamos al terreno de combate se escuchaban disparos por todos lados, la gente peleaba en todas partes, no podía distinguir entre mi escuadrón y los demás, no podía distinguir el enemigo de mis aliados, caminaba casi que por encima de puros cadáveres, aquello era aterrador, el miedo me invadía de tal modo que ya no podía ni siquiera razonar.

Cuando comenzamos con nuestra misión yo me tuve que separar del escuadrón, entre en una casa para buscar cosas que podría utilizar y había un hombre apuntándome a la cabeza, me quede paralizado, cuando presionó el gatillo se oyó un sonido que me calmó mucho, se había quedado sin municiones, el soldado saco su cuchillo y se balanceó sobre mi, logre quitármelo de encima tomé mi pistola y le dispare en su pecho, Mi cuerpo se entumeció cuando lo asesiné, era al segundo hombre que mataba, mi vida ya había cambiado, era obvio que ya no era el mismo de antes y logré entenderlo, la vida que había llevado hasta ahora se había convertido solo en recuerdo diambulantes, que de vez en cuando aparecían, creí entender los golpes de la vida pero no, no era así, solo era el comienzo.

   Pasaron 3 días y me llegan unas ordenes de llevar un radio a un punto en específico, ese punto estaba como a unos 3 kilómetros de distancia. Después de un rato pase desapercibido y solo tuve que acabar con la vida de unos cuantos, yo no quería matar a nadie, pero ya era tarde, en ese momento ya había perdido la cuenta de a cuantos le había arrebatado la vida. Al llegar al punto ordenado, coloqué la radio en el lugar que se me ordenó y con el mismo avise que ya estaba allí me dijeron que solo quedaban unos cuantos que ya casi acabábamos con todos, eso me alivió salí y partí al terreno de combate, yo estaba lejos de allí, en ese momento veo a varios aviones enemigos que se dirigen al terreno de combate y prenden fuego a todo el terreno, aquello me hizo creer que ellos no eran humanos, que eran demonios queriendo acabar con nosotros.

   Cuando llegué al campo de batalla, todo los escuadrones que partieron a esa misión habían caído. 15 escuadrones de 40 personas habían acabados incluyendo mi escuadrón, era horrible, aquel sentimiento de tristeza me invadió, todas aquellas personas con las que ya estaba acostumbrado a vivir habían caído, estaba pasando lo mismo por segunda vez, la vida me quitaba a las personas de mi alrededor, como si quisiera cobrar venganza de mi dejándome sufrir solo, ya sentía que mis sentimientos iban desapareciendo.

   Cuando volví a tomar el control de mi mismo, tuve que comenzar a pensar que debía hacer. Enterré a mis compañeros y decidí partir a la base por el camino largo, acabando con cualquiera de los enemigos que se acercaran y así fue, emprendí mi viaje acabando con todo aquel que se metiera en mi camino, en las noches cuando iba a descansar, me preguntaba en que cosa me había convertido yo ya no me sentía humano, las cosas que conocía todas eran falsas, la memoria de mi pasado se estaba borrando, no recordaba mucho.

   un día mientras caminaba, al fin logré ver a lo lejos la base, mis ojos se iluminaron porque al fin podría ver a más personas y me apresuré más para llegar lo antes posible, a la final después de un año de que mi escuadrón y yo partimos  iba a poder volver con los demás o al menos eso creí.

En vista de tu inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora