One Shots.

1.

Ella quería darle una sorpresa yendo a su casa, pero la sorprendida fue ella, frente a sus ojos aparecía su amado, pero no estaba solo, estaba con una chica de larga cabellera, con unos grandes ojos cafés y una sonrisa de ensueño, definitivamente todo lo opuesto a ella, pensó. 

Fue entonces cuando decidió acercarse y hacerse presente, los dos tórtolos al verla se separaron, pero ella sabia lo que debía hacer, debía dejarlo ir, entonces con todo el dolor de su corazón y con un nudo en la garganta les dijo que no era necesario que se separaran, que ella ya sabía lo que estaba pasando y que lo entendía. 

Pidió hablar sólo un momento a solas con él y entonces no le reprochó nada, solo se dieron la despedida, le dijo que tan solo esperaba que ella lo amara la mitad de lo que ella algún día llego a hacerlo, que esperaba que ella le diera todo de sí misma, su corazón, su alma y su cuerpo, como ella hace tiempo, que esperaba que ella hiciera locuras por él y que estuviera dispuesta a cruzar toda la ciudad con tan de verlo, de saber que estuviera bien. Diciéndole eso, con ya un nudo insoportable en la garganta, dejo escapar unas lágrimas amargas de tristeza  y se marcho sin mirar atrás.

Una semana después, él se dio cuenta de lo que había dejado ir, había dejado ir a la chica de su vida, al amor de su vida, entonces él sin perder tiempo salio a buscarla a los lugares en lo que ella solía frecuentar pero para su sorpresa, ella no se encontraba ahí, entonces fue a buscarla a su escuela, recorrió toda la ciudad sin éxito, incluso fue a su casa, pero ella simplemente había desaparecido después de aquella noche.

6 meses después, él ya no podía mas con ese dolor tan conocido en el pecho, todo cansado por no descansar bien debido a las pesadillas que lo atormentaban y tan ojeroso y demacrado, la volvió a ver, tan radiante como la primera vez que la vio pero a la ves tan apagada, la recorrió con ojos de amor, miro sus manos, esas manos que muchas veces le acariciaban hasta que se quedara dormido, esas manos que tantas veces le daban caricias calidas, vio sus ojos, esos ojos que algún día llegaron a decirle tanto sin palabras, y esos labios, que ya no tenían esa sonrisa sincera, en su lugar ahora estaba un linea por labios, pero la reconoció a pesar de verse mas triste, era ella, era la chica de su vida, ese diamante que había tirado para recoger una piedra. 

Corrió como nunca antes lo había hecho y se puso enfrente de ella, y ella al verlo, sintió esa punzada tan conocida en el pecho, sintió que miles de alfileres se le clavaban en el pecho y por un fugaz instante él creyó ver regresar ese brillo en sus ojos, ambos se quedaron ahí parados en medio de la multitud, mirándose fijamente como si el tiempo no transcurriera, pero esta vez, fue él el que derramo lágrimas, lágrimas amargas y de dolor, por no haber sabido valorar lo que tenia.

Ella al verlo así, estiro su mano y seco sus lágrimas, le dio una sonrisa tímida, mientras él se derretía por esa pequeña muestra de afecto, y supo lo que tenía que hacer, comenzó diciéndole que lo perdonara por el daño que le había causado, y que él a pesar de lo que había hecho la amaba y que esos 6 meses sin ella habían sido una tortura, ella sin dejar de escucharlo con una mirada apacible lo paro y le dijo que lo perdonaba, pero que no regresaría con él, que la había herido en lo mas profundo de su ser, que al fin entendía que ella nunca había sido lo suficiente, y que entendía que por eso el tuvo la necesidad de buscar a alguien mas, dicho esto, solo le dijo adiós y siguió su camino sin mirar atrás, camino unos cuantos metros y se derrumbo al darse cuenta de que había tomado la decisión correcta, que se había dado cuenta de una ves por todas que él simplemente no iría a buscarla, que no haría nada por arreglar las cosas pero, ¿que esperaba? ¿que él fuera detrás de ella, la tomara en brazos y le prometiera una nuevo inicio juntos? Si, por tonto que pareciera, eso era lo único que necesitaba escuchar, porque ella sabia que si él hubiera ido tras de ella, ella hubiera olvidado todo, el dolor, las lágrimas, esas noches de insomnio, y se hubiera dedicado a volver a amarlo como solo ella sabia, con todo su corazón y el alma, pero luego cayo de nuevo en la realidad. 

Seco su rostro y siguió adelante.