Se celebraba la inauguración de una gran tienda y para la fiesta invitaron al famoso pianista ciego. Pero en realidad la tienda no importaba, el centro de atención era el gran pianista. Al darse cuenta de esto el narcisista bebió varias copas y se subió a la mesa para así darle el privilegio a todos de escuchar su poesía.Jared dejó al narcisista y fue a escuchar al gran pianista. La noche transcurría sin problemas, la sala estaba llena de la gran melodía del piano, aquella melodía tranquilizante y a la vez inquietante.
Pero todo fue interrumpido abruptamente por el sonido de dos disparos provenientes del jardín, todos entraron en panico e intentaron salir, pero Jared y Jeremy corrieron hacía el jardín temiendo por la vida de su amigo, la creciente preocupación de Jared le impulsaba a correr más rápido y aturdia sus pensamientos.Cuando llegaron la escena era impactante, inimaginable. El pasto estaba manchado por un líquido rojo que salia por el orificio de la frente de un hombre que estaba allí tirado, con los ojos sorprendentemente abiertos y su cuerpo enfriandose cada segundo. Parado frente a él estaba el narcisista con un arma en la mano, con ojos frios, imponentes.
Es esa noche brillaba la luna llena en aquel hermoso jardín finamente arreglado, la hermosa fuente de ángeles, las finas rosas, y el césped elegantemente manchado, un cuerpo tirado, un crimen, era la imagen perfecta para un cuadro de un desquiciado.
Jared dio tres pasos y fue cuando vio el rostro de aquel hombre, se parecía tanto a él, con cierta cabellera negra, un rostro ligeramente largo y unos ojos profundamente negros tan parecidos a los de él, que fue imposible no reconocerlos. Tembloroso dio dos pasos más y se convenció, era nada menos que su hermano menor, muerto.
-¿Porqué?
Esas palabras salieron de él, sin él ser consiente.
-El era más hermoso que yo- dijo sin vacilación.
No lo soportabá, esas palabras retumbaban en la cabeza de Jared, y aunque lo pensaba una y otra vez, eran imposible de comprender. Esas palabras lo paralizaron.
No escuchaba los gritos desesperados de su amigo ciego pidiéndole que le explicase lo que ocurría, no sentía la multitud de gente que lo empujaban y lo encerraban, no veía como la Policía apresaba a su amigo, no olía el olor a sangre que llenaba el lugar, pues... Esas palabras lo llenaba de odio.
"El orgullo engendra al tirano. El orgullo cuando inútilmente a llegado a acumular imprudencias y excesos, remotándose sobre el más alto pináculo, se precipita a un avismo de males, del que no hay posibilidades de salir. -Sócrates.
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Tragedia
Short StoryCiertamente las tragedias dan las mejores historias. Un pianista, un engaño. Un egocéntrico, una mentira. Un justiciero, una traición. Tres hombres con convicciones y personalidades diferentes, unidos por el innegable y basto sentimiento dado a todo...