Sangre de mi sangre.

33 0 0
  • Dedicado a Christian Bonsai
                                    

Decidímos ir de vaciones. Era un caluroso verano y nuestro destino escogido era Santa Rosa de Calamuchita. 

Note a papá algo mas nervioso de lo usual pero no le di mucha importancia; por lo general él era ya de por si muy hiperquinético; supuse que era por los preparativos de las vacaciones.

Llegámos al remanso de un hermoso río y ellos se dispusieron a preparar el asadito del mediodía mientras yo me iba a jugar en el agua, cosas de chicos, con diez años no se puede esperar otra cosa.

Pasamos hermosos días, riendo, jugando y nadando. Ya al final de la semana de vacaciones empesé a extrañar mi casa y mi perro Simón, un salchicha negro muy juguetón. Desde chica siempre sentí una rara atracción por mi provincia. No podía estar más de una semana entre cierras porque me sentía ahogada; yo prefería la llanura, mi pampa. Mi alegría fue grande cuando me dijeron que esa tarde regresaríamos a casa. 

Estábamos ya tomando mates y empacando cosas cuando mi mamá me pidió que dejara todo y me sentara. Yo no entendía ni un cuarto lo que estaba pasando.

Ellos empezaron a contarme de nuevo la historia de mi niñez y de donde había venido; sin entender nada les dije: - Pa, Ma porque me dicen esto si yo ya lo se.- Bueno, esta bien- corto tajante mi papá, el siempre tan sensible, jeje. - Resulta que la familia que te iba a adoptar a vos antes, adoptó a tu hermanito, tenes un hermanito. Se llama Cristian y quiere conocerte, vos quieres conocerlo?. - ¿Si!- Dije sin dudarlo, aunque al ver la cara de tristeza de mis padres bajé un poco mi entusiasmo; por lo visto esta noticia les traía a ellos sus viejos temores, de volver a perder a su bebé.

Mis papas del corazón(pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora