Mis papas del corazón(pausado)

¿Me estaré viendo en un espejo?

¡Que nervios! El día que tanto esperé había llegado. Al fín conocería a mi hermanito! Me senté a esperar con nerviosismo. 

Ni bien escuché el timbre salí a abrir la puerta gritando- ¡Yo voy! - Me quede pasmada ante la personita que estaba frente a mi. Un niño dos años menor que yo, mi viva imagen pero con el pelo enrulado. Nos abrazamos como si el mundo fuera a acabar allí mismo. 

A pesar de parecernos físicamente eramos el agua y el aceite. Él era tímido y callado, yo extrovertida y charleta; yo cantaba y él escribía y leía, aficción que llegue a descubrir con la edad. Lo único que compartíamos en gustos era nuestro odio a la actividad física. eramos el par de ojotas perfecto. Dos almas de artista, sin dudarlo eso prvenía de familia.

El día paso más rápido de lo q hubiera deseado. Jugamos y nos pusimos al corriente de nuestros gustos y disgustos. Ya casi al finalizar la jornada intercambiamos regalos. Él recordó que cuando hablamos por teléfono le comente que me gustaba Manuelita y me regalo su escultura con su pareja la cual aún conservo celosamente.

No quería despedirme. Sentía que si salía de mi casa no volvería a verlo. Hubiera deseado que ese día nunca acabe, pero como todo lo bueno acaba pronto.

Nos fundimos en un profundo abrazo con la promesa de nunca cortar esa hermosa amistad que estaba naciendo, ya no eramos solamente de la misma sangre, sino buenos amigos.