Recientemente, vi un vídeo acerca de la introversión. Hablaba sobre el lugar de los introvertidos en la sociedad y como eran forzados a cambiar. Para quienes no lo sepáis, un introvertido es aquella persona que disfruta de la soledad, el silencio, la calma y de la compañía de uno mismo. Un extrovertido, el contrapuesto, encuentra placentero estar mucho tiempo fuera de casa, socializar y, en ocasiones, ser ruidoso. Por supuesto, esto no es un término de sí o no, existen personas que son más extrovertidas, menos introvertidas, e incluso hay aquellas que se encuentran en un punto medio. Ser introvertido o extrovertido depende de la manera en la que nuestro cerebro está construido, así que no se puede cambiar ni corregir, pues es parte de nuestra personalidad.
El vídeo se llama "El poder de los introvertidos" y en él, habla una mujer llamada Susan Cain. Susan ha estado haciendo un montón de investigación acerca de los introvertidos y nos habla sobre sus descubrimientos. (El vídeo lo podéis ver adjuntado a esta entrada; está en inglés, pero se pueden poner subtítulos en español; de verdad os recomiendo que le echéis un vistazo).
Esta simpática mujer, que se considera a sí misma introvertida, nos cuenta como la sociedad da mucho valor a la extroversión, mientras que se menosprecian a las mentes introvertidas. Por ejemplo, ¿no os han dicho alguna vez en la escuela, vuestros profesores, que debíais participar más en clase? ¿O que deberías dejar de ser tan tímido? Susan hace ímpetu en la diferencia entre ser introvertido y ser tímido. Mientras que ser introvertido significa valorar el mundo interior, ser tímido significa ansiedad social, aunque algunas personas como nuestros profesores o nuestros padres no vean la diferencia.
Por alguna razón, la sociedad ve la introversión como alguna clase de defecto y siempre ha tratado de eliminarla o corregirla. La gente siempre ha querido que salgamos más, que hablemos más, que tengamos más amigos; pero las grandes mentes de la ciencia y el arte, como Newton o Einstein eran, de hecho, introvertidos. La sociedad necesita a los introvertidos. Esas mentes silenciosas que son capaces de resolver complejos problemas en la soledad de su hogar. Es más, a pesar de que solo un tercio de la población sea introvertida, alrededor de un 60% de superdotados o gente con capacidades más altas que la media son introvertidos.
Esto tampoco significa que ser extrovertido sea malo tampoco, sino que ambas personalidades tienen tanto defectos como cualidades. Ambas son útiles dentro de la sociedad para hacer determinadas cosas y, por eso, ser introvertido está bien también.
Susan tiene también una página web en la que se publica acerca de la introversión llamada Quiet Revolution (http://www.quietrev.com podéis echarla un vistazo, está en inglés) y donde además podéis hacer un test que os puede guiar un poco acerca de vuestra personalidad, os animo a que lo hagáis.
Por último, me gustaría añadir que me considero una persona introvertida y que gracias a este vídeo he podido realmente quererme y valorarme por lo que soy. Todos mis conocidos han tratado de corregir como soy. Mis padres querían que saliese más hasta el punto de castigarme si no lo hacía, mis profesores me han bajado la nota de clase por no participar y me han juzgado de antisocial por no tener miles de amigos. Por primera vez en mi vida he comprendido que preferir salir menos o el gustarme estar sola no es un defecto y no es algo que deba corregir, aunque la sociedad lo juzgue.
Espero que todos los introvertidos descubran su verdadero valor; porque si al volver de una salida con tus amigos te sientes cansado emocionalmente aunque te lo hayas pasado bien, te encanta leer o ver películas o dibujar y otros tipos de actividades solitarias, no puedes esperar que llegue el momento de llegar a casa, no te sientes demasiado comprendido, te agobias ante una multitud, piensas mejor cuando estás solo y disfrutas de tu propia compañía; porque si eres así, no pasa nada malo por serlo.