Llamémosle prólogo.

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Antes de empezar...
Soy consciente de que hay algunas falta e inconcluencias debidas a que no soy J.k Rowling, como comprenderéis. Tengo grandes planes para esta historia y espero en un futuro rectificar y mejorar ya que no está escrito tan bien como me gustaría, dicho esto, disfruten de la historia y dejen su voto si les a gustado y comentario para saber en que mejorar. Gracias.

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Lunes, 9:00 | Sakura

Era octubre, el aire gélido de la mañana entraba por la ventana contrarrestando mi calor corporal.
Me acurruco más aún en el nido que he formado con mantas y suspiro.
Hacía ya un rato que había sonado el despertador, cosa que había estado oyendo y ignorando en mi profundo sueño.

—Esto no va a funcionar.—Me levanto de la cama con mucha fuerza de voluntad y voy pegando saltitos por el frío, hasta llegar a mi bata de ositos y que es la más calentita del mundo, o eso me parecía en ese momento de congelación.

Salgo de mi cuarto y voy directa a la cocina a prepararme un café con galletas.

Estaba tranquila disfrutando de mi desayuno cuando mi padre entra por la puerta, agarrado de una mujer más o menos joven con un traje de camarera. El energúmeno me mira sorprendido.

—Qué haces aún aquí niñata, ¿no ves que tengo compañía? Anda a correr un rato—Comienza a reírse de forma descarada, su aliento apesta a alcohol, no hay que ser un genio para imaginar que se ha pasado toda la noche en la calle bebiendo como un loco.

La chica lo deja en el sofá y se frota la frente cansada.

—Lo siento mucho, tú padre se ha pasado la noche en la puerta del bar, íbamos a abrir el local pero y su presencia no da buena imagen a mi café.

—La que lo siente soy yo—Le digo sonriente a la chica-lo siento por tener un padre así...—digo casi en un susurro.
La chica sale de casa y yo me dirijo a mi cuarto a cambiarme, por el camino me enciendo un cigarrillo.

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9:00 | Mizuki

—Joder, joder, ¡Joder! ¡Porque no ha sonado el maldito despertador!—Grito desesperadamente—¡Ya me he perdido la primera hora de clase!

Furiosa, lanzo un cojín contra la pared.

Vengo de una familia adinerada y de buen estatus social, es por ello que se espera mucho de mí. Buenos modales, buenas calificaciones y cosas así que he estado haciendo toda mi vida, cosa que odio.
Estoy harta de comportarme como se espera que lo haga.

Pero no puedo.

La puerta se abre de golpe, es mi hermano, Ben, que me mira de reojo.

—¿Qué ocurre hermanita?—dice sarcásticamente—No es propio de ti llegar tarde,

—Pues...—Antes de poder articular palabra Ben ríe.

—¿Te crees que me importa tu vida? Tienes suerte de que papá y mamá se hayan ido pronto, porque te matarían.

—¿Y? A parte tu no sueles ir al instituto y no te hacen nada.

—Sabes perfectamente que esperan más de ti que de mi, eres el futuro de la familia Smith—Dice con tono dramático.

Ben da media vuelta y se vuelve a su cuarto. Que asco tener un hermano mayor idiota, por su culpa todo el peso de ser buena va dirigido a mí.

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Sakura

Salgo de casa con la mochila de lado, voy tranquilamente, como siempre. Me enciendo otro cigarro.
Estoy harta.
Y lo peor es que creo que anoche follé con Mitch.

Me rasco la nuca y lo intento recordar. Tengo la mente en blanco, mierda, bebí demasiado.
Espero que no fuera él, tenía planeado dejarle y en esos planes no estaba incluido darle esperanzas con sexo.

Seguro que fue con Mitch es que soy idio...

Una chica rubia, de pelo largo, un poquito más bajita que yo, de apariencia tímida se choca de golpe contra mí en un intento de no llegar tarde supongo. Todos sus apuntes caen al suelo junto con mi cigarro.
Las hojas se queman liguera mente y la chica se tira al suelo boquiabierta.

—¡Joder! ¡Mi cigarro!—Grito desesperada.

La chica rubia me mira avergonzada.

—Lo siento yo... Yo...

La rubia inmediatamente comienza a recoger los papeles quemados. Es bastante adorable, callada y reservada.

Me agacho a su nivel, la miro directamente a los ojos y le agarra de sus sonrosados y pecosos mofletes.

—Te voy a perdonar por lo del cigarro preciosa, que sepas que esto no lo hago a cualquiera eh, que era uno de los buenos—Le guiño el ojo y sonrío de forma vacilona.

Noto como la joven se sonroja más aun, si cabe y no puedo evitar soltar una risueña carcajada.

Nos quedamos inmóviles, nuestros rostros, casi pegados, mirándose fijamente en un intento de que no pase el tiempo. La chica baja la mirada y se ruboriza.
Es preciosa joder.
Instintivamente acerco mis labios a los suyos en un torpe intento de darle un beso corto.

Nos separamos y me mira, al darse cuenta de que no le quito ojo, baja la mirada y comienza a peinarse un mechón de pelo rubio.

—¿Como te llamas belleza?

—Mizuki...

—Oh bonito nombre. Anda, ¡hasta luego! Nos veremos pronto, te lo aseguro.

—Espera..

—¿Qué ocurre?

Me giro y me encuentro con Mizuki a pocos centímetros de mi. La veo bastante decidida, aprieta los puños y como una niña pequeña, se pone de puntillas y me da otro beso, no puedo evitar sonreír.

Veo a Mizuki incluso más sorprendida que yo si cabe y decido abandonar el incómodo momento y seguir mi camino rápidamente.

Mizuki

Me palpo los labios con incredulidad. Nunca hubiera imaginado que haría tal cosa, ¡y menos con una mujer! Aunque la chica era muy atractiva, pelirroja, con rasgos de chica buena pero dura, rebelde y rockera, justo todo lo contrario a mí.
Me siento muy idiota y no puedo evitar pensar que haya ocurrido de esta forma.

—Ha sido mi primer beso...

Sakura & Mizuki | LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora