Conociendo al Mundo (CAM#1)

¿Mamá?

-Ya voy mamá- grité desde mi habitación con enfado. Cogí mi maleta con mala gana y la dejé en el suelo bruscamente haciendo que sonara mal.
-¡Byron cuida tus cosas!- me reprendió ella. Últimamente lo de gritar entraba mucho en su irritante conducta.
-Tengo muchas más mamá- oí como refunfuñaba mientras bajaba las escaleras del primer piso. Exacto, mi casa tiene tres.
Cuando estuve en el salón mi madre me dio dos besos que no recibí con ganas. ¡Me mandaba al fin del mundo y me decía que me lo pasara bien! ¡Sí, claro! Como ella se quedaba aquí, rodeada de los lujos que había ganado.
El guardaespaldas que me iba a acompañar me cogió las maletas y las llevó al coche de Cristian, quien por cierto, estaba aquí desde hace un rato. Su lema: "siempre puntual"
Me monté en el coche y nos encaminamos hacia el culo del mundo. Eché un vistazo a todo el lujo que dejaba y me eché a dormir sin ganas de pensar en la deprimente vida que iba a adquirir como castigo.

Una voz me despertó- Byron, despierta que ya hemos llegado. Ahora Peter- se dirigió al guardaespaldas- quédate aquí, no deben saber quién es él.
El segurata asintió, bajó del coche y el coche volvió a circular por el asqueroso asfalto de aquella zona llena de asquerosos árboles y naturaleza. ¿Dónde están los rascacielos y las mansiones? ¡Al menos un edificio por Dios! ¡No estamos en el tercer mundo!
Noté como el coche paraba. Salí de él y lo que me encontré me dejó perplejo. ¡Esa tía verdaderamente estaba súper buena! Al final esto no iba a estar tan mal.
Vi como la chica se acercaba a nosotros y abrazaba a Cristian.
Él le sonrió y le dijo- ¿y mi sobrina?
¿Hay más chicas? Definitivamente esto va a estar bien, muy bien.
-Pues no tengo ni idea la verdad, voy a llamarla- se alejó y saco un walki-talki del bolsillo de su pantalón.
-¿Ade?- se oyó unas voces ¿infantiles? Espero que eso sean chicas con voces agudas, odio a los niños.
-Sí, lo siento, ha habido un problema con Isa- oí que decía una voz cristalina pero ruda a la vez.
-¿Qué ha pasado?- dijo la rubia.
-Andrés ha venido por primera vez- ¿quién demonios será Andrés? Las chicas con las que me lío también lo dicen cuando no pueden acostarse conmigo, ¿se llevarán los novios que se llamen Andrés? Porque soy capaz de cambiarme el nombre.
La rubia se rió- vale, voy para allá y te relevo.
-Gracias- oí que contestaban.
La rubia se acercó- ahora viene Ade- se dirigió a mi- por cierto soy Star, monitora, espero nos llevemos bien- me dio la mano y se fue corriendo a una casa dándome una vista perfecta de su culo. Oh sí, claro que nos llevaremos muy bien rubia.
Pero antes quería ackarar algo, así que me dirigí- ¿una monitora?
-Así es, en este campamento serás monitor para cuidar niños huérfanos. Estarás en la cabaña de mi sobrina, por si tienes algún problema- dijo solemne. Lo que faltaba. De millonario a niñera de huérfanos. ¿Acaso me han visto cara de caritativo?
A esto salió una niña pequeña seguida de una chica de mi edad muy guapa que supongo sería la sobrina de Cristian.
La niñita, que por cierto era muy rica, en cuanto nos vió, salió corriendo a los brazos de Cristian. Si todos los niños fueran así, podría soportarlo.
-Hola tato- dijo la pequeña
-Hola pequeña, ¿y mamá?- le preguntó Cristian, ella señaló a la chica que venía hacia aquí.
-No jodas- susurré ganándome una mirada desaprovatoria por parte del hombre.
La chica llegó y abrazó a su tío- hola Cristian.
-Hola princesa, te presento a Byron- dijo mientras la chica cogía a la niña.
-Hola- me saludó con una sonrisa, esa sonrisa era más falsa que las que veo en las fiestas de ricos- soy Adeline, dueña del campamento. Serás monitor en mi cabaña.
Hice una reverencia burlona y respondí- encantado.
Ella hizo una sonrisa aunque se veía claro que no le había hecho gracia y la niña me señaló, llamando la atención de su madre con un tirón de pelo, me nombró- pincipe.
Cristian la revolvió el pelo y ella arrugo la nariz.
-Me suelen nombrar rey, pero para ti seré príncipe por hoy- la niña sonrió sin captar la egolatría de mis palabras- ¿es tu hija?- dije refiriéndome a la pequeña que ya se había bajado de los brazos de Adeline y ahora corría intentando coger a Cristian.
-Sí, soy su tutora y madre- respondió abandonando su faceta de chica encantada por tener un nuevo miembro en su campamento.
-¿No eres su madre biológica?
Ella negó- creo que eso estaba claro, veo que no para todos- me lanzó una sonrisa llena de sátira- sus padres murieron cuando ella tenia un año, ahora soy yo su madre.
-Ah- eso no me lo esperaba.
Ella sonrió a su tío, quien venía con su hija cargado, y después de coger a la niña, que por lo visto se llama Emma, de que yo cogiera las maletas, y de que Cristian se fuera, ella me guió hasta una casa que parecía ser la más grande.
Me señaló una habitación y dijo- la planta alta es la nuestra, la baja la de los niños, ésta habitación es la de Emma- luego se fue a otra- y esta, la nuestra.
-¿Como? ¿Dormiremos juntos?
Ella rió burlona- apuesto a que te gustaría, pero no, tu dormirás en una cama y yo en otra- la miré con recelo. Que pena que una belleza se perdiera por ese agrio sarcasmo. Abrió la puerta y vi que la habitación era muy espaciosa y que había dos camas de matrimonio- cuando termines de acomodarte baja a abajo y te presento a nuestros niños y a mi mejor amiga y monitora, que creo que ya has conocido, Star- asentí con la cabeza y me dispuse a abrir mis maletas cuando abrieron otra vez la puerta, era ella otra vez- por cierto, mis cosas, son las que tienen llave, te dejo candado para tus cosas, los niños pueden ser bastante.... Fieras- me tendió una bolsa con candados y se fue. Me quedé con la bolsa en la mano y suspiré.
Lo había conseguido, aquí nadie me conocía.