Antes del amanecer, el cargamento a Kus ya había empezado a moverse. Dos caballos blancos y grandes eran los responsables de llevar la carreta donde se llevaban las provisiones y armamento para el pueblo de Kus.
Aquel lugar estaba siendo invadido por duendes nocturnos, no se entendía por qué no enviaban guerreros a luchar contra ellos, llevarle provisión a los habitantes de Kus no era diferente a criar cerdos para el matadero, pero así se había comenzado a vivir desde que el actual Rey de Einderlaft había tomado el poder. Aumentó los impuestos y comenzó a tomar a los guerreros de clase alta como sus guardias personales, la corrupción la pagaban los pueblos pequeños como Kus.
En la carreta iban Raven y Abner, se miraban bastante diferentes al día anterior ya que con el dinero recibido pudieron comprar mejor armamento. Su misión era sencilla, escoltar el cargamento vigilando posibles ataques y regresar a la mañana siguiente a Lieben, era casi imposible olvidarlo. Por otro lado, debían cumplir la misión de Alejandro, Abner llevaba el paquete con él en todo momento.
El camino a Kus era de tres horas a caballo y el paisaje era bastante hermoso a la vista pese a que aún no salía el sol, los pinos altos y frondosos refrescaban el ambiente; algo digno de verse en una hermosa madrugada, una madrugada bastante fría.
- ¿Qué crees que haya adentro del paquete? – Preguntó Raven.
- No lo sé, pero no podemos abrirlo, estamos bajo amenazas.
- Tienes razón, ¿lograste dormir anoche?
- Sí ¿por?
- Por nada, sólo que, estoy realmente preocupada, ¿no te parece sospechoso? Somos nuevos en esto.
- Sí, es muy sospechoso, ¿será que vio algo en nosotros?
- ¿Tú y yo? ¿El que reprobó y la que no tiene sentimientos? Lo dudo mucho, pero...
- ¿Pero…?
- No me cabe duda de que algo sucederá, espero que nadie te espere allá atrás…
- ¿A qué te refieres? ¿Dices que podríamos morir o ser asesinados?
- Algo así, sería lo mejor para los negocios del Rey, pero a mí nadie me espera allá atrás. Si no vuelvo, no importaría.
- Volveremos vivos Raven.
- No te creas el típico héroe que dice eso en las historias de amor, Kreinroter.
- Esa no es mi intención Raven.
- Ahora dices que no, eres tan impredecible.
- ¿Qué?
- Olvídalo… Ya casi amanece.
Así como Raven dijo, el sol comenzaba a aparecer débilmente en el horizonte, el color azul profundo comenzaba a aclararse con el paso de los minutos; cuando menos esperaron, el sol ya daba su calor en el cielo.
Tres horas y media habían pasado desde que salieron de Lieben, cuando por fin arribaron a Kus. Ya no se miraba como el pueblo que era antes, donde la leche era producida para llevarla a todo Einderlaft, la cara de las personas en la calle demostraba lo asustados y preocupados que estaban, no había niños jugando en la plaza principal del pueblo, no había ancianos en los callejones hablando de la vida. El pueblo estaba desolado, algunas casas destruidas y otras quemadas.
El sonido de los cascos de los caballos que llevaban la carreta hizo que algunos salieran de sus casas. Al ver a los jóvenes en la carreta, sus ojos se llenaron de esperanzas, esos ojos que pedían clemencia, que pedían una oportunidad para ser salvados.
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Heilig: El Nacimiento y el Monstruo Del Desierto [Pausada]
MaceraRealmente había sido difícil volver a esta historia, pero sin duda alguna creo que es momento de darle continuación ya que está destinada a sorprenderlos. Espérenme y pronto volveran a saber más de nuestros amigos en Heilig. Entra a Einderlaft y des...