Mi Ángel Caído Del Cielo

La Pesadilla

De repente abrí los ojos, estaba en un lugar que no conocía, uno de ellos empezó a decirme:
Marina despierta vamos a comenzar a rodar dentro de la fábrica.
Yo confusa me levanté y fui, era aparentemente una fabrica abandonada, me metí la mano en el bolsillo y tenía un trozo de papel, al abrirlo era una página de un periódico recortado de 1978, era sobre esta fábrica, decía que habian ocurrido varios sucesos extraños que acabaron con la vida de 90 personas que entraron en la fábrica pero nunca regresaron, la policía buscó sus cuerpos pero no aparecieron ninguno de ellos.
Me quedé helada al leerlo, pero aun así entré, al parecer teníamos que hacer un reportaje de la fábrica para mostrar al mundo que no hay nada extraño en esta fábrica y que esas desapariciones son normales aunque trágicas.
Mi grupo y yo nos acentramos en la fábrica, la recorrimos de arriba a abajo y no había nada hasta que de repente alguien grita:
Bajad aquí.
Corriendo nos dirigimos a donde está el chico, hay unas escaleras y al fondo de ellas una puerta que apenas se puede ver, alguien dice:
Deberíamos bajar allí, sería bueno para el reportaje.
Bajamos, de repente la puerta se cierra, yo asustada miré a todos lados, sin más demora comenze a correr, los demás me siguieron, a medida que fuimos corriendo unas sombras comenzaron a perseguirnos,  una de ellas agarró a una chica de pelo corto morado del pie y la arrastró a la oscuridad, nos detuvimos y al detenernos se oyó un grito ahogado de la chica, de repente las luces se encendieron, una a una, la chica se hallaba inconsciente en el suelo, despacito y cuidadosamente nos acercamos a ella, uno de ellos la tocó y la preguntó si estaba bien, la chica se levantó pero había algo extraño en ella, algo que me daba mala espina, comenzó a reírse como una loca y sin tardanza le arrancó el cuello al chico, de repente el silencio sepulcral que llenaba la habitación se llenó de gritos, todos echamos a correr, la chica nos persiguió.
Corrimos sin parar y después de escondernos detrás de unos muebles pensamos que la habíamos despistado, no estábamos seguros pero al asomarnos no había nadie, más aliviados nos sentamos pero yo de repente miré al suelo, llamé al resto y les dije que miraran al suelo, había mucha sangre reciente por lo que parecía, de repente miré hacia arriba, había personas colgadas de un gancho de hierro y atadas con unas cadenas boca abajo, colocandoles de tal forma que parecieran el anticristo, de repente alguien nos encontró, la chica estaba parada en medio de la habitación, tenía los ojos rojos y estaba llena de sangre y tenía la ropa rota, sin más demora volvimos a correr, teníamos que encontrar una salida de no ser así moririamos allí, al correr me corté con un hierro punzante que había en un lado de donde me dirigía.
Poco a poco el cansancio nos dominaba hasta que no pudimos más, estábamos agotados y seguíamos sin encontrar la salida, es como si hubiera desaparecido y nos hubiéramos pasado el tiempo dando vueltas por la habitación.
De repente las luces comenzaron a parpadear y la chica aparecía y desaparecía cogiendonos uno a uno, se oían gritos sin parar, corriendo de repente me encontré la salida, al girarme para llevar a los demás conmigo los encontré muertos, los habían matado, ya sólo quedaba yo, de repente sus cadáveres se levantaron poco a poco, asustada comencé a correr, ya quedaba poco estaba a punto de salir de aquella fábrica pero de repente algo ocurrió...