Capítulo 2: Un día normal en mi vida.

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Día 2:

Hola otra vez, diario, ¿qué tal? Hoy me gustaría explicarte mi día en clases, así te haces un poco a la idea de como son mis días, a los que yo llamo ''normales''.

Como cualquier otro día, he llegado a clases de lengua Castellana feliz, con una sonrisa en la cara. Me senté en mi sitio, saqué los libros y adelante, 1 hora como todas: aburrida. Después de sufrir 3 horas horribles de clase, llegó el recreo. Esa hora que para mí es un infierno. Antes de salir por la puerta que hace que accedas al patio, me para mi gran amigo Rubén (nótese sarcasmo). Otro día más, me quedo con un morado en el ojo y sin desayuno alguno. La rutina de siempre vaya, que encima es gracioso oye, porque después de las 3 horas siguientes de clase, a las 3 de la tarde, siempre me espera el gilipollas del Rubén con sus amigos, para reírse de mí desde lejos mientras bajo corriendo a mi casa. 

Al llegar a casa, entro por la puerta con una sonrisa, pero que la verdad, no sé porqué ya que siempre estoy solo hasta la 1 de la madrugada me la paso toda la tarde en frente del ordenador, lugar donde se me ''respeta'' un poco y no sufro abuso alguno.

Entonces, por donde iba. Esta tarde he recibido un WhatsApp de Paula, que si quería ir a dormir a su casa ya que sus padres no iban a estar. Sin ir más lejos, le dije a mi madre que iba a dormir a casa de un amigo, que me había invitado a su casa que iban a hacer una fiesta. La verdad, es que estoy muy ilusionado, puede que demos un paso más y dejar de ser solo ''amigos''. Desearía, diario mío que tuvieras vida y me dieras algún consejo para esta noche. Estoy muy nervioso, ¿qué pasará? ¿Qué haremos? DIOS, SANTAS GANAS QUE TENGO DE QUE SEAN LAS 10 DE LA NOCHE E IRME A DORMIR A SU CASA.

Pienso yo que debería de irme a duchar ya y vestirme, que estoy con la vestimenta del instituto todavía. Espero que esta noche, salga todo perfecto...

Día 5: 

3 días han pasado que no hablábamos. Pero no he sentido ganas de expresarme y criticar a todo el mundo que me rodea y me odia. Estoy en el hospital, mi móvil está sin batería y no lo puedo utilizar, así que me he decidido a escribir un poco, a ver si me relajo...

La noche de hace 3 días fue totalmente desastrosa. Al llegar a casa de Paula, me dijo que me esperara. Que enchufara la TV y me pusiera a ver cualquier programa. Después de 30 minutos de espera (en mi mente parecían 4 horas), vino al salón, estaba preciosa. Un vestido gris y un poco de maquillaje en los ojos. Sin pensarmelo, le dije que estaba preciosa y que por qué se había arreglado tanto. Se acercó a mí, me abrazó y me dijo al oído: ''tú solo sígueme''. 

Salimos de su casa. Las calles estaban completamente desiertas, se respiraba un aire cálido que me hacía relajarme cada vez más. Después de 10 minutos caminando, llegamos al balcón del Mediterraneo. El lugar más bonito de toda la ciudad. Nos sentamos, comenzó a contarme que sus padres se iban a separar y por eso estos días ella estaba tan deprimida. Yo, al ver que sus ojos comenzaban a ser muy brillantes y que en menos de 1 minuto se pondría a llorar mientras me lo explicaba todo, me acerqué, y la abracé. Me respondió al abrazo con mucha fuerza mientras sentía los botes que pegaba mientras lloraba en mi hombro. 

Al separarnos, dejamos que nuestras miradas explotaran. Me acerqué a ella, le cogí la mano y nos quedamos mirando el mar en silencio durante 5 minutos. Llegó un momento en el que interrumpió el silencio diciendo que volviéramos a casa, que sentía algo de frío y tenía ganas de dormir. Nos levantamos, y comenzamos a caminar por las calles oscuras y desiertas que habían esa noche hasta llegar a la cuadra de su portal. En ese momento, se me paró el corazón. Un borracho nos paró, a mí, con un golpe muy fuerte me tiró al suelo mientras con una botella rota, amenazaba a Paula de que le diera todos los objetos de valor que llevaba encima. Ella le respondió a todo que no, que no le daría nada, y el puto borracho de mierda, tuvo como reacción darle con la botella en la cabeza. Paula se cayó al suelo, y en su cabeza una brecha muy grande se abrió y al instante un chorro de sangre le salió. En el suelo se formó un río de sangre. Me levanté corriendo, con lágrimas en los ojos, llamando al 911.

Ahora, estoy en el hospital. Sentado delante de Paula, que está dormida. En fin, todo puede cambiar de un momento para otro...

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2016 ⏰

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