La Verdad

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-Shh! Silencio -.Dijo Brayan.- Seguid caminando despacio.

Llegamos hasta la parte de arriba, todos de pie, mirado al fondo de aquel pasillo.
Me quede muy pálido, al ver a una niña, al final del pasillo, algo me decía que la conocía, que llevaba mi sangre.

-¿Quien eres? -. pregunté.

La niña con una voz leve, y muy suave respondió.

-Hermano, abrazame -.Dijo

Yo no podía creermelo, estaba totalemnte frío, no sabia lo que estaba pasando.

De la nada se me vino a la cabeza lo que mi madre me contó una vez, de una niña que perdió en su vientre antes de que yo naciera, si no me equivoco, creo que su nombre era "Verónica", pero aún no sabía, porque estaba en aquel lugar, en aquella casa.

Ella se acercó, a mi, mientras los demás iban caminando lentamente separandose de mi, me cojio de la mano, y como era desde antes, comenze a ver otras visiones, al parecer, ella me quería hacer saber que hacía ella así.

(Visión)
Me encontraba en el hospital, donde mi madre estaba de urgencias, llorando desconsoladamente, con un bebe en sus manos, ya fallecido.

Me llevo a otra sala, era la sala de las personas que había visto en la visión anterior, era el mismo bebé, que tenía mi madre en sus manos, era ella.

Al parecer, Verónica, siempre a estado cerca mia, porque desde que la vi por primera vez, nunca se habia separado tanto de mi, al salir a la calle siempre la veía, me abrazaba, y todo aquello, hasta que ocurrió el accidente fatal...

Mi mente está desordenada, ya no sé que estába recordando, porque estava recordando, cosas que nunca pasó, nunca sucedió visto por mis ojos, todo era un alboroto.

Me solto la mano, y volví a aquel lugar, de la nada, apareció un hombre de negro, con una voz muy ronca, que no era nada de confianza

-Vamonos Verónica-.Dijo aquel hombre.

-¡No quiero irme, quiero estar con mi hermano!-. Contesto.

Aquel hombre la cojio brucamente de la mano, y rápidamente, mientras corrían de espalda, Verónica no dejaba de llorar.
No sabía que hacer, quería cojerla, asique fui corriendo hacia donde ella, pero no, no pude conseguirlo, desapareció tras una puerta.

Me arrodillé y comenze a llorar como si no hubiese un mañana

(De pronto, se escucha voces)

-¡Kevin! Despierta, venga levanta, que ya es hora-.

Abrí los ojos, me levanté en mi cama, no sabía lo que había ocurrido, al parecer todo era una pesadilla, nada era lo que sucedió, me levanté rapido y mire hacia la ventana, algo me decía que lo haga.
Al asomarme, la vi, vi a Verónica en la calle, no sentia miedo, ni nada, solamente alegría, y entre movimientos de boca de ella, pude entender.

-Nos veremos muy pronto hermanito-

Abrí la ventana, estaba en un sitio muy alto, quería estar con ella, y no lo pense dos veces, así que salté, mi cuerpo ahora está en el suelo, desangrándose, sin latidos, ni nada, y yo aquí, mirando mi vacío cuerpo, con mi hermana al lado, mirando aquella luz, que había en una nube.
Fuimos caminando hacia ella, pero de repente, aquel hombre de negro que apareció, nos cojio del cuello, y nos llevo con él, a donde era su paraíso, El Infierno.

Aquella Niña De BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora