Asgard

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Nos unimos de nuevo al grupo.

-Bueno chicos, ¿Qué tal si avanzamos esta noche en lugar de descansar?- dijo Vladimir- Me apetece hacer una caminata nocturna.

-Mmm, bueno, por mí bien. Total, con la luz naranja ya tengo miedo de día así que ir de noche me da igual.- Respondió Paula entre risas nerviosas.

Nadie más dijo una palabra. Los mansi miraron a Vladimir de reojo y dijeron algo en su lengua, desde mi punto de vista empezaban a dar mucho miedo.

La noche llegó inevitablemente y continuamos con la caminata a un ritmo más lento y con más descansos. Tomábamos café para no dormirnos y, de repente, Juan se quedó atrás, mirando a la nada, en alerta y expectante. Había un brillo extraño en sus ojos, estaba emocionado.

-Jason y compañía no estamos solos.- dijo repentinamente.

-¿Pero qué dices?- preguntó Paula sorprendida- ¿Hay algún animal?

-Mira detrás de ti con el rabillo del ojo y lo entenderás, hacedlo todos.- dijo serio.

Y, aunque sabía que Juan a veces era un paranoico lo hice. Miré hacía atrás con el rabillo del ojo y las vi. Tres sombras negras que se distinguían perfectamente de la oscuridad ya que eran tan densas y negras que dise distinguían en la oscuridad. Parecían medir más de 1,90 de altura excepto una, que parecía ser un niño con una gorra.
De repente un mansi me tocó y, al volver a mirar atrás ya no estaban.

-Tío, Juan, deja de asustarnos.- dijo Paula enfadada- No hay nada, gilipollas.

¿Sólo las habíamos visto Juan y yo? En ese momento un escalofrío recorrió mi espalda. ¿Por qué el mansi me había interrumpido? Todo empezaba a ser muy macabro. Mientras pensaba en estas cosas los demás se detuvieron y decidieron acampar y dormir. Me metí en mi saco y me hice el dormido.
Pensé en toda la información de las sombras que hubiera podido leer pero solo recordaba teorías de fantasmas y demonios hasta que recordé una teoría que creía que eran alienigenas.
Justo cuando iba formando una teoría lógica que desmontaba lo paranormal para dejarlo como una ilusión debido al miedo y al desconcierto de la situación actual, escuché a alguien levantarse y abrir la cremallera de la tienda para salir a la interperie.
Abrí un ojo disimuladamente y vi que los mansi no estaban. Me acerqué cuidadosamente a la cremallera y la abrí un poco, lo justo para ver de reojo pero la oscuridad de la noche me impedía ver claramente. Únicamente me pareció vislumbrar una pequeña figura que se alejaba de la tienda. Abrí mi mochila, saqué mi cutre cámara de vídeo y la puse en modo nocturno. Acerqué la cámara al pequeño espacio abierto y grabé.
No sabía que esperaba capturar realmente pero me pasé cuatro horas grabando hasta que el sueño ganó la batalla y me dormí, acurrucado y con la cámara escondida entre las mantas aún grabando.

Cuando desperté eran las doce del mediodía. La cámara se había quedado casi sin batería por lo cual la recargué. Salí de la tienda y vi a Vladimir haciendo un estofado.

-Buenos días.- dije en voz bajita.

-Buenos días, Jason. ¿Dónde está Juan? Llevamos horas esperándole.

-¿Qué? ¿Cómo que "donde está Juan"?- pregunté asustado.-  Mierda, vamos a buscarlo.

-Jason, hazme caso y quédate aquí.- dijo Valdimir serio.- Ven aquí, los mansi han ido a buscarle y Paula ha ido con ellos.

-¿Cómo Coño se te ocurre dejar a Paula con ellos? ¿Es que a caso no recuerdas lo de ayer? Me cago en Dios, como le pase algo...

-Que te tranquilices- respondió amenazante- Ahora coge la puta mochila, el saco de dormir de los cojones y vámonos. Volvemos a casa.

-¿Pretendes que abandone a mis amigos aquí?- contesté enfadado- Mira, Vladimir, coge tu puta mochila, la puta otra tienda de campaña y vamos a buscar a Paula y Juan. Después de encontrarles nos vamos a casa, sin los jodidos mansi y si se interponen les reventamos a ostias. Ahora haz lo que te he dicho o te juro que vas a probar una patada en la cabeza, gilipollas.

Vladimir me miró sorprendido. Inclinó su cabeza y hizo lo que le había dicho. Fuimos dejando señales en los árboles, unas flechas diminutas escondidas en las ramas gruesas más cercanas al suelo. Encontramos unas huellas que se dirigían a las profundidades de una espesa capa de árboles decaídos y podridos, eran de una sola persona por lo que creímos que eran de Juan.
Estuvimos horas siguiéndolas hasta que le encontramos medio enterrado en la nieve con un enorme charco de sangre alrededor de su cabeza.

-Juan, joder, despierta. -dije entre sollozos- Juan, me cago en la puta tu aventura no puede acabar así. Juan por favor, por favor, despierta.- seguí suplicando hasta que Vladimir me hizo a un lado.
Tumbó a Juan boca arriba y le tapó la enorme brecha que tenía en la frente con su bufanda. Acto seguido comprobó su pulso y empezó a darle pequeños pellizcos en la cara.

-¡No!- gritó Juan al abrir los ojos- No me... ¿Vladimir? Dios... ¡Estoy vivo!- gritó entre lágrimas.

-¿Qué ha pasado?- pregunté en un susurro.

-Ayer os dije que no estábamos solos. Y tenía razón. Sé que lo viste Jason, lo sé. Esas figuras me siguieron ayer cuando me fui a mear así que me adentré en el bosque. Los putos mansi estaban hablando con ellos, joder. Tenían los putos ojos negros. Vámonos, en serio. Esto se está poniendo muy feo.

-A ver, ¿Estas diciendo que los mansi hablan con unas sombras negras y que sus ojos son negros? No voy a decirte que no te creo porque después de toda la mierda que nos está pasando ya nada parece imposible pero explícame cómo cojones te has abierto la cabeza.

-El mansi se volvió loco al descubrirme espiándolos. Me empezó a gritar y a seguir y cuando creí haberle despistado una sombra negra apareció detrás de mí y me dio un mordisco en la cabeza. Tio, esas cosas tienen la boca muy grande. Vámonos, joder, vámonos.

-Falta Paula.- respondí enfadado.- Vamos a salvarla de esos hijos de puta.

-Has escuchado lo que ha dicho tu amigo, es peligroso.- reprochó Vladimir.- No podemos arriesgarnos.

- Podéis iros si queréis, yo voy a buscarla.

Se hizo el silencio y viendo la poca colaboración de mis compañeros, agarré una rama ancha y salí del cementerio de árboles para volver a la tienda de campaña.

Kholat SyakhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora