Capítulo 1

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Bueno, lo prometido es deuda. Aquí está el primer capítulo traducido del maravilloso fic de rire, el título original es Smother Me, por si quieren buscarlo. Está avisado que habrá angst y muuuchos fetiches, así que disfrutenlo (?).  
Link del fic original: http://archiveofourown.org/works/6115615/chapters/14017426?view_adult=true

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Ichimatsu no estaba realmente seguro de por qué o como había comenzado todo, pero habían varios factores, supuso.

El primero es que era un caliente día de verano. El segundo, que nadie estaba en casa— Todomatsu estaba fuera con algunas chicas, Jyushimatsu jugando baseball, y Osomatsu con Choromatsu estaban en dios sabe dónde. Pachinko y algún concierto de alguna idol, probablemente. Ichimatsu no era un aficionado a compartir el espacio con Karamatsu y solo Karamatsu. Está muriendo de calor y podría matar a Karamatsu si tiene que aguantar alguna de sus dolorosas frases, así que le da la espalda a Karamatsu, come un pedazo de su paleta y ojea distraídamente una revista sucia que alguien dejó por ahí.

Con el rabillo del ojo ve que Karamatsu se quita la sudadera y la tira a un lado, luego va a encender el ventilador. La brisa fresca ayuda, pero no hace mucho más para que Ichimatsu quiera morir menos.

Si no muere de calor, morirá de aburrimiento. No hay nada que hacer por aquí. No quiere hablarle a Karamatsu, pero tampoco tiene la energía de levantarse. Muerde lo que queda de la paleta y tira el palo en la basura que cruza la pieza. No acierta y vuele a la lectura.

Está aliviado cuando Karamatsu se levanta para irse. "Voy a tomar una ducha", anuncia, como si a Ichimatsu le importara, y sale de la habitación. Ichimatsu le dedica una mirada rápida antes de irse; su espalda sin camisa, brillante de sudor. Se relame los labios, imaginando clavándole sus uñas en la espalda, Karamatsu cernido sobre él, mirándolo desde arriba, con las cejas arrugadas de disgusto.

Era asqueroso, de todos modos. Los pensamientos que había estado teniendo últimamente acerca de su hermano, de toda la gente. Unos meses atrás, si alguien si quiera hubiera sugerido que Ichimatsu quería hacer cualquier cosa con Karamatsu, lo hubiera golpeado en la cara. Repetidas veces. Pero recientemente, de algún lado, su propia mente había comenzado a sugerir cosas con las que no sabía cómo lidiar.

Regresó a su revista. El libro estaba lleno de chicas con pequeñas cinturas y enormes pechos. De Osomatsu, probablemente. No le provocaba mucho a Ichimatsu, la imagen de Karamatsu sin camisa se había quedado atrapada en el fondo de sus ojos.

Tal vez podía masturbarse. Sí, eso estaría bien. No había tenido este tipo de privacidad en un tiempo. Se dio vuelta perezosamente sobre su costado, una mano aún sostenía la revista (más como una tapadera realmente) y la otra se deslizó hacia abajo con la palma en su entrepierna a través de la tela de sus pantalones deportivos.

La comisura de su labio se arqueó hacia arriba cuando pensó en lo malo de la situación. Karamatsu podría terminar de ducharse en cualquier momento, entrar y verlo. ¿No sería eso algo? Se imaginó a Karamatsu enojado, golpeándolo— dejó su cabeza caer hacia atrás y golpear el piso fuertemente. El dolor es vertiginosamente dulce, y deja escapar un gemido. Presiona más fuerte la palma de su mano sobre su entrepierna, imaginándose a Karamatsu presionando el taco de sus botas ahí. Mierda, eso era bueno. Mueve su mano por debajo de su sudadera y pellizca sus pezones, imaginando a Karamatsu mordiéndolos, pero nunca lastima lo suficiente cuando lo haces tú solo. Se masturba más rápido. Sus caderas se arquean automáticamente y deja que su cabeza se estire más para atrás, exponiendo su cuello. Extiende su mano y envuelve sus dedos alrededor de su garganta, apretado, apretado— siente la adrenalina golpearlo como una ola cuando su circulación se corta, siente su cuerpo luchando por respirar. Dios, sí. Esto era desagradablemente bueno, deliciosamente vil, justo el tipo de cosas que anhelaba pero era muy orgulloso— y estaba muy avergonzado— como para pedirlas.

Ahógame. KaraIchi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora