Ahógame. KaraIchi.

Capítulo 14

Notas de traductor: Holaaa, sisi, de nuevo me demoré un poquito más, pero es que no hay vacaciones ni nada, así que tengo que hacer muchas cosas. Un dato, me di cuenta que "la" autora a la que yo le agradecía tanto era un él, es que como en inglés no se diferencia demasiado, nunca lo noté. Así que gracias al autor djhfd. Y una última cosa, quería agradecerles formalmente (porque lo había comentado antes, pero igual) porque la historia pasó (hace un tiempo en realidad haha) los 1k votos. Así que eso, muchas gracias a ustedes y al autor. Disfruten el capítulo y no lloren demasiado. 

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Un ruido sordo. Luego otro.

Ese es el sonido de sus propios pasos. Sus piernas se sienten más pesadas que el plomo, arrastrándolas de vuelta a casa usando más energía de la que le queda, cuando todo lo que quiere hacer es colapsar.

Un ruido sordo. Y otro más.

Ese es su propio corazón, golpeando patéticamente contra las paredes de su caja toráxica. Un último e inútil recordatorio de lo que alguna vez sintió por su hermano pequeño.

Un golpe.

Abre de golpe la puerta, luego la cierra, es vagamente consciente de otras cuatro figuras cerca, pero no puede verlas a través de su visión nublada con— con— ira, decepción, vergüenza.

"¿Karamatsu?" Alguien lo llama, pero el sonido es débil y lejano, como si estuviera bajo el agua, como si estuviera ahogándose y alguien lo está llamando desde una superficie que está demasiado lejos como para darse cuenta.

No responde, simplemente se dirige al baño, retorciendo su agotado cuerpo por una última gota de energía para cerrar la puerta antes de que sus rodillas cedan y colapse, rompiéndose en pedazos, llorando más fuerte de lo que nunca lo había hecho. Entierra su cara en sus manos, se apoya contra la pared y deja que los sollozos lo destrocen a través de todo su cuerpo.

Duele de forma diferente a todo lo que había sentido alguna vez. Siente como si la mano de Ichimatsu se hubiera metido en su pecho y estuviera apretando, no puede respirar. Cada golpe, cada patada de Ichimatsu que había recibido no podría jamás acercarse a esto.

Podía lidiar con la violencia. Podía lidiar con amor firme, podía fingir no notarlo o no importarle y mantenerse armado relativamente bien.

Pero no puede esta vez, no puede obligarse a hacer nada que no sea dejar que las lágrimas cálidas caigan por su rostro porque duele demasiado.

Amaba a Ichimatsu más que nada, e Ichimatsu lo odiaba más que nada. Hubiera estado bien si Ichimatsu no se hubiera sentido del mismo modo. Sabía eso. Estaba preparado para el rechazo, pero no esto.

Lo que dolía más era que él le había dado todo lo que tenía, todo el amor en su pequeño corazón ingenuo, y no era suficiente, nunca sería suficiente. Porque Ichimatsu si lo había estado utilizando para sexo todo este tiempo, y Karamatsu no era más que una herramienta. Había estado jugando todo este tiempo, y lo había disfrutado. Así de estúpido era, estúpido estúpido estúpido como para perder la cabeza por alguien que nunca se había preocupado en absoluto.

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"Eres repugnante."

Karamatsu escupe las palabras en su cara, presionando el pie con fuerza en la entrepierna de Ichimatsu. Ichimatsu gime, restregando sus caderas, el dolor y el placer son indistinguibles el uno del otro. Karamatsu lo mira hacia abajo como si fuera escoria, con la mirada llena de asco y acusaciones silenciosas.